por Thierry Meyssan
06 Abril 2021
del Sitio Web
RedVoltaire
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en italiano
Aunque
es más educado que su predecesor,
Joe
Biden sólo es un presidente
que no tiene los pies en la tierra.
La administración Biden se
presenta como llena de buena voluntad pero también
parece ignorar las realidades del mundo.
Encabezada por un
presidente senil, se propone restaurar la democracia en
todo el mundo, sin tener conciencia de que las clases
sociales que dieron lugar al actual régimen político
están en vías de desaparición.
Espera restablecer el
Imperio estadounidense, supuestamente para ayudar a los
pueblos... que en su mayor parte temen a su orden
imperial.
La administración Biden
pretende además reactivar la "guerra sin fin", pero sin
sacrificar vidas de soldados estadounidenses.
¿Cómo lo hará? Hasta ahora
no ha sabido explicarlo.
Cada administración estadounidense define la política de seguridad
nacional de Estados Unidos después de haber consultado a los
responsables de sus fuerzas armadas y a sus propios especialistas.
Es un proceso
obligatoriamente largo - puede demorar uno o 2 años.
Pero la
administración
Biden, ansiosa por poner fin a los
"desvaríos" antimperialistas de
Donald Trump, hizo públicos de inmediato
los nuevos principios de la seguridad nacional que pretende aplicar,
aun exponiéndose a tener que precisarlos posteriormente. 1
La idea central es revitalizar la democracia como sistema de
gobierno, para poder movilizar a sus aliados y mantener la
organización actual de las relaciones internacionales.
Esa estrategia
corresponde a lo que Joe Biden había anunciado en Foreign Affairs
hace un año, durante su campaña electoral. 2
Las orientaciones que Biden acaba de publicar ahora son
extremadamente claras, pero no responden a las interrogantes que
tendrá que enfrentar.
El presidente
presenta ciertamente una lista con varios temas de trabajo:
pandemia, crisis climática, proliferación nuclear, cuarta
revolución industrial,
...pero no enuncia los nuevos problemas:
caída
de la producción estadounidense, financierización de la economía,
descenso del nivel técnico de Estados Unidos, agravación
vertiginosa de la desigualdad en la repartición de la riqueza...
1- La democracia
La democracia es la participación de la mayor parte de la población
en la adopción de las decisiones políticas.
Biden
parece realista en cuanto a las ambiciones de sus conciudadanos y
habla más bien del (informed consent) - o "consentimiento informado"
- de los estadounidenses.
Biden retoma así la terminología de
Walter Lippman, el célebre periodista demócrata formado bajo la propaganda
del coronel Edward House. 3
Cuando Biden describe la democracia parece estar redactando una
disertación clásica, dando gran realce a la separación de los
poderes y la moral de los ciudadanos. 4
Sin embargo, al contrario
de lo que Biden parece creer, el actual desapego de las poblaciones
occidentales por ese tipo de régimen político no es fruto de una
desinformación imputable a los "enemigos de América" - o sea a Rusia
y China - sino a la transformación sociológica de las mismas
sociedades occidentales.
El hecho es que las sociedades occidentales se constituyeron
fundamentalmente alrededor de las clases medias, que hoy están en
vías de desaparición mientras que los
hiper-millonarios se van por
encima de los gobiernos.
Estamos ante un acaparamiento extremo de
las riquezas que ya alcanza proporciones nunca vistas desde la
época medieval.
Por consiguiente, el problema no es tanto
restablecer el funcionamiento de las democracias como de saber si
aún podrían seguir funcionando y cómo lo harían.
Por ejemplo, los gigantes de Internet no tienen ninguna legitimidad
para arrogarse poderes de censura.
En el compromiso de 1791,
Estados Unidos se fundó sobre la base de una total libertad de
expresión, estipulada en la Primera Enmienda de la Constitución
estadounidense.
Pero, al principio de este año 2021,
...censuraron al presidente de Estados Unidos
- Donald Trump - mientras este se hallaba en pleno ejercicio de sus
funciones, con lo cual violaron no la letra sino el espíritu mismo
de la Constitución estadounidense.
En ese contexto,
¿se puede
hablar todavía de democracia...?
2- El imperialismo puritano
El presidente Biden se ha nutrido de la cultura imperialista
puritana.
No sólo cree firmemente que la democracia es el mejor
régimen político para su país sino que además cree que también lo es
para los demás países.
Consciente del valor del ejemplo, Biden
pretende imponer ese sistema a todas las naciones redinamizándolo
en Estados Unidos.
Como parte de ese razonamiento, Biden se fija
como misión luchar contra el racismo sistémico en todo el mundo para
que triunfen "la democracia, la igualdad y la diversidad".
A Joe Biden no le importa que algunos pueblos no estén interesados
en participar en las decisiones políticas ni que crean que la
humanidad se compone de una sola raza, y eso no le importa porque
él, el presidente Biden, es quien sabe lo que es bueno para esos
pueblos... lo sabe mejor que ellos.
En ese aspecto, la administración Biden piensa como los
neoconservadores.
Al igual que ellos, la administración Biden está
dispuesta a imponer la democracia al resto del mundo, creyendo así
que lo libera...
A menudo hemos subrayado que los neoconservadores no
son demócratas ni republicanos... siempre están del lado del poder.
3- La "guerra sin fin"
La principal interrogante que se plantea sobre la administración
Biden es saber si va reactivar y continuar la "guerra sin fin" de
los presidentes
Bush hijo y
Obama.
Nuevamente tenemos que recordar
aquí que esa estrategia, enunciada por el secretario de Defensa
Donald Rumsfeld y por su consejero el almirante Arthur Cebrowski
plantea la destrucción de las estructuras mismas de los Estados en
una parte sustancial del mundo para que los capitalistas puedan
explotar los países sin encontrar resistencia política. 5
Esa es
la estrategia aplicada en el "Medio Oriente ampliado" o "Gran Medio
Oriente", donde los Estados ya han sido destruidos o al menos
considerablemente debilitados por las guerras estadounidenses en,
-
Afganistán
-
Irak
-
Libia
-
Siria
-
Yemen
-
Líbano
Fue George Bush hijo quien declaró oficialmente la
"guerra sin fin",
no contra individuos o Estados sino
contra "el terror", que sin
embargo ha existido en casi todas las épocas y sigue existiendo en
casi todas las regiones del mundo.
La respuesta del presidente Biden a esa interrogante es ambigua.
Biden parece haber entendido que los estadounidenses no quieren
seguir viendo morir sus soldados en conflictos que ellos no
entienden.
Hoy dice estar dispuesto a retirar las tropas
estadounidenses de Afganistán, el único país donde Estados Unidos
aún mantiene un despliegue militar realmente masivo.
Pero la expresión "guerra sin fin", a pesar de haber sido enunciada
por el presidente George Bush hijo y su secretario de Defensa
Donald Rumsfeld inmediatamente después de los
atentados del 11 de
septiembre de 2001, sólo se convirtió en realidad con la invasión de
Irak, algo de lo cual el presidente Biden no parece tener
conciencia hoy en día.
Ya sabemos, y ha quedado comprobado en numerosas ocasiones, que
Biden está afectado por una senilidad precoz.
Pero fue él, siendo
senador, quien propuso dividir Irak en tres partes separadas entre
sí, conforme a la estrategia Rusmfeld/Cebrowski.
Dicho de otra manera, el presidente Biden no está consciente de la
evolución reciente del mundo. Tampoco está dispuesto a abandonar la
estrategia de la "guerra sin fin" sino sólo a adaptarla en ciertos
teatros de operaciones para que no cueste vidas estadounidenses.
Y
cree poder reactivarla o continuarla, sin tropas estadounidenses en
el terreno, pero aportando siempre armas, financiamiento y los
"consejos" del Pentágono.
Referencias
-
Interim
National Security Guidance - The White House, marzo de 2021.
-
"Why America Must Lead Again
- Rescuing U.S. Foreign Policy
After Trump", por Joseph R. Biden Jr., Foreign Affairs,
marzo/abril de 2020.
-
El coronel
Edward House (1858-1938) fue la
"eminencia
gris" del presidente estadounidense Woodrow Wilson, además de
haber sido también uno de los principales artífices de la
propaganda de guerra de la época moderna.
-
En el siglo XVIII, el movimiento democrático insistía en
que los dirigentes políticos tenían que ser ejemplos de virtud.
En Francia, se hablaba incluso de la "virtud republicana". Un
dirigente político debía demostrar, en primer lugar, que tenía
el coraje de rechazar la corrupción.
-
"El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo",
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 22 de agosto de 2017.
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