por Anis Chowdhury y Jomo Kwame Sundaram
12 Agosto
2022
del Sitio Web
TeoduloLopezMelendez
Versión en italiano
Supeditar la respuesta a la compleja crisis actual
al dogma de contener la inflación,
lleva a la economía mundial
al borde de la recesión.
Imagen: Apufat
Chowdhury
es un exprofesor
de economía
de la
Universidad Occidental de Sídney
y ocupó altos
cargos en la ONU.
Kwame Sundaram
es un exprofesor
de economía
y ex secretario
general adjunto
de la ONU para
el Desarrollo Económico.
SIDNEY / KUALA
LUMPUR
La economía mundial está
al borde de la recesión, según el Fondo Monetario Internacional
(FMI).
La guerra en Ucrania
y las sanciones contra Rusia han frenado la recuperación tras la
'pandemia' de
Covid-19...
Más de 80 bancos
centrales ya han subido los tipos de interés en lo que va de año.
Salvo el gobernador
del Banco de Japón, los líderes de
los bancos centrales han
reaccionado a la inflación subiendo las tasas de interés.
Por lo tanto, la
estanflación es cada vez más probable, ya que el aumento de los
tipos de interés ralentiza la economía, pero no aplaca la inflación
impulsada por los costes de la oferta.
Anis
Chowdhury y
Jomo Kwame Sundaram
El giro del
FMI que no se explica
El economista jefe del
FMI ha
advertido recientemente que la inflación en los niveles actuales
representa un claro riesgo para la estabilidad macroeconómica
presente y futura, y que volver a situarla en los objetivos del
banco central debería ser la máxima prioridad de los responsables
políticos.
Aunque reconoce los costes a corto plazo de la subida de los tipos
de interés, nunca se ha molestado en explicar por qué los objetivos
de inflación deben considerarse sacrosantos independientemente de
las circunstancias.
La mera afirmación de que
la inflación será más costosa si no se controla ahora es,
una forma de hacer
política basada en la evidencia...
Después de todo, solo un
mes antes, el 7 de junio, el FMI aconsejaba:
"Los países deben
permitir que los precios internacionales se trasladen a los
precios internos, protegiendo al mismo tiempo a los hogares más
necesitados".
El FMI reconoció que las
principales fuentes de la inflación actual son las interrupciones
del suministro,
-
primero debido a
los cierres por pandemias que interrumpen las cadenas de
abastecimiento
-
luego, los cortes
en la entrega de alimentos, combustible y fertilizantes
debido a la guerra y las sanciones...
¿La Reserva
Federal es infalible?
Sin explicar por qué, el presidente de
la Reserva Federal (FED)
de Estados Unidos,
Jerome Powell, insiste en
emular a su héroe, su antecesor Paul Volcker durante el
periodo 1979-1987.
Volcker se hizo famoso
por haber casi duplicado el tipo de interés de los fondos federales
hasta casi una tasa de 20%.
De este modo, Volcker provocó la recesión más larga de Estados
Unidos desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado,
aumentando el desempleo hasta casi 11%, mientras que los efectos de
esa desocupación en la salud y los ingresos de los trabajadores
despedidos, persistieron durante años.
Cuando se le preguntó en una audiencia en el Senado de los Estados
Unidos si la Reserva Federal estaba dispuesta a hacer lo que fuera
necesario para controlar la inflación, incluso si eso perjudicaba el
crecimiento, Powell replicó:
"La respuesta a su
pregunta es sí"...
Pero los principales
bancos centrales han reaccionado en exceso una y otra vez, con
consecuencias desastrosas...
Milton Friedman
sostuvo que la Reserva Federal estadounidense exacerbó la Gran
Depresión de los años 30.
En lugar de
proporcionar alivio a las empresas con problemas de liquidez a
corto plazo, restringió el crédito, aplastando la actividad
económica.
Del mismo modo, un
posterior presidente de la FED, Ben Bernanke (2006-2014) y
otros economistas demostraron que el exceso de celo en el ajuste
monetario fue el principal responsable de la estanflación de la
década de los años 70.
Ahora que los precios
siguen subiendo a pesar de la subida de los tipos de interés, la
estanflación se cierne sobre nosotros.
El trío del
Atlántico Norte
La mayoría de los presidentes de los bancos centrales lleva mucho
tiempo obsesionada con la lucha contra la inflación, insistiendo en
contenerla en 2%, a pesar de perjudicar así el progreso económico.
Esta respuesta está
prescrita, incluso cuando la inflación no se debe principalmente al
aumento de la demanda.
Powell observó recientemente que la oferta es una parte importante
de la historia, reconociendo que la
guerra en Ucrania y las
restricciones de
la 'pandemia'
ocasionadas en China han hecho subir los precios.
El presidente de la FED admite que unos tipos de interés más altos
pueden aumentar el desempleo, pero insiste en que el cumplimiento
del objetivo del contener la inflación en una tasa de 2% es
incondicional.
Afirmó que,
"tenemos las
herramientas y la determinación para bajar a 2%", insistiendo en
que "vamos a hacerlo".
Aunque reconoce que las
grandes tensiones entre la oferta y la demanda son la causa
principal de la inflación, el gobernador del Banco de Inglaterra,
Andrew Bailey, también se
compromete a cumplir el objetivo de contener la inflación en una
tasa de 2%, sin permitir peros al respecto.
Mientras, la presidenta del Banco Central Europeo,
Christine Lagarde, no espera
volver a ese entorno de baja inflación en breve, al admitir que el
índice de precios en la zona del euro está siendo impulsado por una
compleja mezcla de factores.
Pero insiste en subir los
tipos de interés durante el tiempo necesario para que la inflación
vuelva al objetivo de 2%.
¿Inocentada?
Gran parte del problema se debe al haber convertido en dogma del
objetivo de inflación de 2%.
Como admitió más tarde el
entonces gobernador del Banco de la Reserva de Nueva Zelanda,
el primer banco central que adoptó un objetivo de inflación de 2%,
se trató de una cifra que se sacó de la manga.
De hecho, un comentario casual del entonces ministro de Finanzas de
Nueva Zelanda durante una entrevista televisiva el 1 de abril de
1988, coincidiendo con el día de los inocentes en ese y otros
países, en el que decía que pensaba en una auténtica estabilidad de
precios, en torno a 0, o entre 0 y el 1%, se terminó convirtiendo en
la política monetaria en todo el mundo.
Powell también reconoció que,
"desde la 'pandemia',
vivimos en un mundo en el que la economía está impulsada por
fuerzas muy diferentes".
Y confesó:
"creo que entendemos
mejor lo poco que entendemos sobre la inflación".
La autoridad monetaria
estadounidense reconoce también que los cambios en la globalización,
la demografía, la productividad y el progreso técnico ya no frenan
el aumento de los precios como durante la llamada Gran Moderación.
La determinación de Bailey de situar la inflación en 2% es aún más
sorprendente, ya que admite que el Banco de Inglaterra no puede
impedir que la inflación llegue a 10%, y que,
"no hay mucho que
podamos hacer".
Aunque no tiene ninguna
base teórica, analítica o empírica, muchos líderes de los bancos
centrales tratan los objetivos de inflación como la mejor práctica
universal en todas las circunstancias.
Así, a pesar de reconocer
los trastornos de la oferta y los cambios en las condiciones
económicas imperantes, siguen insistiendo en el objetivo de
inflación de 2%.
El tipo de
interés, una herramienta contundente
El dogma del objetivo de inflación de los bancos centrales
causará mucho daño.
Incluso cuando la
inflación está aumentando, el incremento de los tipos de interés
puede no ser la herramienta política adecuada por varias
razones.
En primer lugar, el
tipo de interés solo aborda los síntomas, no las causas de la
inflación, que pueden ser muchas.
En segundo lugar,
subir los tipos de interés con demasiada frecuencia y en exceso
puede acabar con las empresas productivas y eficientes junto con
las que lo son menos.
En tercer lugar, al ralentizar la economía, los tipos de interés
más altos desalientan la inversión en nuevas tecnologías, en la
mejora de las competencias, en las instalaciones y en los
equipos, lo que afecta negativamente al potencial de la economía
a largo plazo.
En cuarto lugar, los tipos de interés más altos aumentarán la
carga de la deuda de los gobiernos, las empresas y los hogares.
El endeudamiento se
aceleró tras la
crisis financiera mundial de 2008-2009,
y aún más durante la 'pandemia'.
El endurecimiento monetario también limita la política fiscal.
Una economía más lenta implica menos ingresos fiscales y más gasto
en provisiones sociales. El aumento de los tipos de interés también
eleva el coste de la vida, ya que los costes del servicio de la
deuda de los hogares aumentan, especialmente en el caso de las
hipotecas.
El coste de la vida
también aumenta porque las empresas repercuten los tipos de interés
más altos en los consumidores.
Innovación
política
En general, se reconoce que el repunte inflacionario de este año
obedece a la escasez de suministros, principalmente a causa de,
El aumento de los tipos
de interés puede frenar el aumento de los precios al reducir la
demanda, pero no aborda las limitaciones de la oferta, la principal
causa de la inflación actual.
Por lo tanto, la política antiinflacionaria en las circunstancias
actuales debería pasar de la supresión de la demanda interna, con
tipos de interés más altos, a la mejora de la oferta.
Subir las tasas de
interés sube los costes del crédito para todos.
En lugar de ello,
deberían suavizarse las restricciones financieras a las industrias
deseadas que deben promoverse (por ejemplo, las energías
renovables).
Mientras tanto, el
crédito para las actividades indeseables, ineficientes,
especulativas e improductivas (por ejemplo, la compra de bienes
inmuebles y de acciones) debería endurecerse.
Esto requiere políticas macroeconómicas que apoyen la
diversificación económica, promoviendo las inversiones industriales
y la innovación tecnológica.
Cada objetivo requiere
herramientas políticas adaptadas.
En lugar de reaccionar ante la inflación subiendo el tipo de
interés, un instrumento contundente que sirve para todo, los
responsables políticos deberían considerar las distintas causas de
la inflación y su interacción.
Cada fuente de inflación necesita herramientas políticas apropiadas,
no un instrumento contundente para todos.
Pero los banqueros
centrales siguen considerando el aumento de los tipos de
interés como la principal, si no la única, política contra la
inflación, un martillo universal para todas las causas de la
inflación, todas ellas consideradas como clavos.
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