por Alfredo Zaiat
Economista
argentino
09
Noviembre 2022
del
Sitio Web
SputnikNews
Dólares y euros
© Foto : Pixabay
PublicDomainPictures
La economía mundial, en
la etapa de
la globalización y hegemonía de las
finanzas globales, está acostumbrada a recibir periódicamente
'shocks' que provocan un crac bursátil y posterior recesión, pero
nunca antes había padecido una triple crisis en el
breve lapso de tres años, como sucede desde 2020.
Primero fue la 'pandemia' de
COVID-19, luego cuando comenzaba la
recuperación irrumpió el
conflicto en Ucrania y las
sanciones económicas
a Rusia, para finalmente ingresar
en un
período de elevada inflación que
arrojará a la economía mundial a un escenario de recesión por el
alza de la tasa de interés internacional.
Estos shocks
negativos han provocado una profunda alteración en el
funcionamiento de la economía internacional y la respuesta de
las bancas centrales de las potencias occidentales se repite
como si esta crisis fuera igual a las anteriores, cuando no lo
es.
La reacción inmediata ha
sido subir la tasa de interés para frenar los aumentos
de precios, como si la inflación fuera causada por un exceso de
demanda, cuando el estrés que está pasando la economía global tiene
su origen en las consecuencias de la 'pandemia' y en la alteración
de los mercados de alimentos y energía por el conflicto entre Rusia
y Ucrania.
Como el instrumento utilizado para atender la actual presión de
precios - una sostenida suba del costo del dinero - no resulta
efectivo, la actual instancia de la crisis es autoinfligida por las
bancas centrales occidentales.
La propuesta
agresiva de la Reserva Federal
La banca central estadounidense mantendrá su postura
decididamente restrictiva en los próximos meses, al sentar las bases
para que las tasas de interés lleguen al 5% en marzo de 2023,
lo cual podría
provocar una recesión en Estados Unidos y en gran parte del
mundo...
El Comité Federal de
Mercado Abierto -
FOMC, por sus siglas en inglés -
aumentó las tasas en
75 puntos básicos por cuarta
reunión consecutiva, adelantando que seguirá con otro ajuste
similar.
Pero esto no será la
última subida.
El consenso de economistas del mercado financiero prevé que las
tasas suban otro medio punto en diciembre, y luego un cuarto de
punto en las dos reuniones siguientes.
Consideran que la Reserva Federal (FED)
está decidida a no dar un giro demasiado pronto en su lucha contra
una inflación que se encuentra en su punto más alto de los últimos
40 años.
Una tasa más alta refleja
un alza mayor de la esperada de los precios al consumidor,
excluyendo los alimentos y la energía, en los últimos dos meses.
El presidente de la FED, Jerome Powell,
ha dicho que el banco central está
firmemente comprometido con la restauración de la estabilidad de
precios y ha invocado repetidamente a su predecesor Paul Volcker,
que elevó las tasas a niveles sin precedentes para contrarrestar la
inflación a principios de la década de 1980.
Powell advirtió que el proceso será doloroso, porque el objetivo es
diseñar una tasa de crecimiento de la economía para reducir las
presiones de precios.
Dijo que,
"los datos recibidos
desde nuestra última reunión sugieren que el nivel final de las
tasas de interés será más alto de lo esperado" y agregó "es muy
prematuro pensar en hacer una pausa".
El FOMC informó que aún
se necesitan,
"aumentos continuos"
para llevar las tasas a un nivel que sea "suficientemente
restrictivo para devolver la inflación al 2% con el tiempo".
Inflación
récord en Europa
A la vez, la
inflación sigue imparable en la zona Euro.
El índice de precios
de consumo armonizado (IPCA)
ha vuelto a marcar otro récord histórico en los países del Euro tras
situarse en el 10,7% interanual,
según Eurostat.
El componente energético, con una alza del 41%, ha vuelto a ser el
que más ha contribuido al aumento de los precios.
Una muestra más de
que Europa es la principal víctima económica de la estrategia de
la OTAN, bajo el dominio de EE.UU., frente a Rusia.
La inflación subyacente,
por otro lado, ha escalado hasta el 5%, dos décimas más de lo que se
había previsto.
Igual de preocupante es
el avance mensual de los precios, que se ha situado en el 1,5% en
octubre, lo cual revela que la inflación sigue muy activa dentro de
la zona Euro.
Subir la tasa
de interés no está dando resultados
Un indicador clave muestra la poca efectividad de
elevar la tasa de interés para enfriar la economía y provocar así
una reducción de la tasa de inflación.
El mercado laboral en EE.UU. sigue mostrando fortaleza tras la
'pandemia' y los intentos de la Reserva Federal por calmarlo con
incremento de la tasa de interés que eviten mayores presiones
inflacionistas todavía no son palpables.
Así se desprende del
informe de empleo relativo a
octubre dado a conocer por la Oficina de Estadísticas Laborales
-
BLS, por sus siglas en inglés.
Se crearon 261.000
empleos no agrícolas, una cifra notablemente mayor que los 200.000
que esperaban los analistas y todavía muy elevado respecto a los
180.000 promedio de antes de la 'pandemia'.
Por si la cifra ya es alta de por sí, la cifra de septiembre se ha
revisado desde las 263.000 a 315.000 empleos, lo que confirma el
calentamiento que sigue mostrando el mercado laboral...
¿Por qué sube
la tasa de inflación?
El fuerte aumento actual de las tasas de inflación en todas las
economías no se deriva de la llamada "demanda excesiva", por un
crecimiento excesivo de la oferta monetaria o por demandas
salariales que obligan a las empresas a subir los precios.
El actual ciclo de
inflación global se basa principalmente en la incapacidad de la
oferta para satisfacer la demanda...
Esto sucede porque la
oferta se redujo drásticamente por la caída de la economía durante
la 'pandemia' de COVID de 2020 y la productividad laboral se
contrajo drásticamente.
La inversión y la reactivación de la producción durante la
recuperación económica en 2021 fueron insuficientes para hacer
frente al renovado gasto de los consumidores y las empresas.
Estas restricciones se vieron exacerbadas por
bloqueos en la cadena de suministro,
debido a,
la pérdida de
empleados en industrias clave y el colapso de las conexiones
comerciales y de transporte.
A esta situación crítica
se le sumó luego el conflicto bélico en Ucrania, cuyo impacto
inmediato fue la reducción del abastecimiento y las exportaciones de
energía y alimentos, lo que provocó un aumento vertiginoso de estos
precios.
Mala teoría
deriva en mala política
El economista Michael Roberts se pregunta, en
El enigma de la inflación,
¿qué muestra la
actual evolución de los precios acerca de las principales
teorías económicas sobre la inflación y las políticas para
reducirla...?
La respuesta del autor es
que las teorías tradicionales se han demostrado erróneas y
perjudiciales.
En particular,
los bancos centrales, separados del
control democrático por parte de sus Gobiernos y obligados a cumplir
algún objetivo de tasa de inflación mediante cambios en las tasas de
interés,
"están demostrando
ser totalmente inútiles para controlar la
inflación".
Por el contrario, el
endurecimiento monetario del banco central solo está llevando a las
economías a una recesión más rápida y profunda.
"Cuando las teorías
son incorrectas, las políticas que se derivan de ellas no
funcionarán", concluye Roberts.
Otro impacto
de tasas de interés elevadas: dólar fuerte
A medida que aumentan las tasas de interés de las potencias
occidentales, en especial la de EE.UU., las condiciones financieras
globales se endurecen considerablemente para muchos países.
Un dólar más fuerte solo agrava estas presiones, especialmente para
algunos mercados emergentes y muchos países de bajos ingresos que ya
corren un alto riesgo de sobreendeudamiento.
En el artículo
Cómo deben responder los países al dólar
fuerte, los economistas del Fondo Monetario
Internacional (FMI)
Gita Gopinath y Pierre-Olivier Gourinchas explican
que, en el combate contra un aumento histórico de la inflación, la
FED y el Banco Central Europeo se han embarcado en un rápido proceso
de ajuste de las tasas de interés oficiales.
En cambio, la baja
inflación en Japón y China ha permitido que sus bancos
centrales se opongan a la tendencia global de endurecimiento.
La subida de la tasa de
interés aplicada por la FED derivó en que el dólar se ubique en su
nivel más alto desde 2000, habiéndose apreciado un 22% frente al
yen, un 13% frente al Euro y un 6% frente a las monedas de mercados
emergentes desde principios de este año.
Un fortalecimiento tan
vertiginoso del dólar en cuestión de meses tiene implicaciones
macroeconómicas considerables para casi todos los países, dado el
dominio de esa moneda en el comercio y las finanzas internacionales.
Para muchos países que luchan por reducir la inflación,
"el debilitamiento de
sus monedas en relación con el dólar ha dificultado esa tarea",
señalan.
En promedio, el FMI
calcula que el traspaso estimado de una apreciación del dólar del
10% a la inflación es del 1% por ciento.
Tales presiones son
especialmente agudas en los mercados emergentes, entre ellos
los de América Latina.
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