por Sasha Barrios

31 Enero 2022

Información enviada por CFGO

 

 

 

 

 

 

Se intuye que la 'pandemia' esta pronta a terminar.

 

Entonces incita pensar qué lecciones nos deja.

 

Mas que medidas de higiene y sanidad de alta tecnología, en mi caso queda el aprendizaje que hay un monstruo grande que nos pisa, uno que censura y controla la ciencia, lo que llamamos medicina basada en evidencia, es en realidad basada en política y economía, y es tan desalmada que prohíbe medicinas que podrían salvar vidas.

 

Se dice "solo venceremos la 'pandemia' con ciencia" pero agregaría "con ciencia y científicos honestos".

OTRO hallazgo mundial, igualmente fantástico, sucede que, como dice Adam Smith, hay una mano 'invisible', que no solo controla la economía, pero también una serie de políticas globales, hay una negra urdimbre global que limita las libertades democráticas.


Nuestros amigos Google, Facebook, Twitter, Youtube, han perdido la decencia y el pudor, con cabal descaro, nos conducen por un túnel de censura, como si fuera una peluquería informativa han cortado mucho pelo, hasta dejarnos una moda de sesgada visión de la realidad.

 

Nunca en la historia hemos atestiguado una censura tan omnisciente y totalitaria, pero aquel que cuestione el complot de los medios es desacreditado por conspiracionista.

 

Antes de la 'pandemia' el dueño de esta red social, cargaba una imagen de Joven dinámico y original, ahora la animosidad a su red se ha multiplicado como sapos después del monzón.

 

Alejándonos de la esfera virtual, ningún periódico importante nos presentó una visión objetiva y balanceada de los sucesos.

El porcentaje de personas que desconfía de las instituciones públicas también ha escalado dramáticamente.

 

Antes de la 'pandemia' una sugerencia de la OMS, FDA o del CDC, cargaba cierto peso académico e institucional, ahora para muchos las cosas han cambiado, sus comunicados más bien activan una sucesión de anticuerpos, reticencias, interrogantes, y todo género de escrúpulos.

No se exagera en decir, que estas instituciones públicas han erosionado la salud pública de una manera que nos tomará años en recuperar.

 

Poco esfuerzo han hecho realmente por ayudar a la humanidad, entre sus esfuerzos, destaca su afán por aceitar el camino de farmacéuticas.

 

La ciencia siempre nos dijo que las pruebas PCR no son válidas para diagnosticar o medir el pulso de la 'pandemia', menos con el lamentable diseño de Dresden para detectar el Covid, un modelo toscamente mal diseñado. pero se volvió el standard de oro en todo el planeta, así tuvimos que padecer la 'pandemia' y sus respectivas estadísticas con este examen.

 

Después de estirar un mal uso de la ciencia hasta el límite, pasado dos años, al iniciar el 2022, nos dicen (¿confiesan?) que la prueba ya no es válida, pero nunca fue válida.

 

Mientras tanto, la 'pandemia' y cada uno de sus índices, ya pasó a la historia registrada con esta interpretación que no deja de alzar las cejas a tantos científicos, es lamentable que todo fue construido con esta premisa distorsionada.

Quizá hable de forma personal, pero mas que miedo a micro-organismos, me quedo asustado del manejo institucional de la salud pública y los protocolos de hospitales.

 

Fortalecida queda la fe en la medicina independiente que algunos austeros científicos de la salud puedan conceptualizar y practicar.

Haciendo uso de mi natural derecho a la herejía, opino que el crédito del fin de la 'pandemia' no se lo debemos a las jeringas, pero quizá a la evolución de las especies virales, una evolución que fue en sentido reverso, cada vez menos virulento, y regalándonos un virus atenuado como antígeno para formar anticuerpos e inmunidad.

 

El eclipse está pasado y como tortugas legañosas que despiertan de un largo sueño, después de levantar el velo podemos ver mundo con ojos más limpios...