por Rafael Palacios

Septiembre 2008

extraído del libro

"Extraterrestres -  El Secreto Mejor Guardado"

del Sitio Web Academia

 

 

 

 

 



El 72% de los norteamericanos

creen en que hay vida

en el espacio exterior.
Gallup




Si entras en "Youtube" y escribes "Reagan OVNI", "Reagan UFO" o "Reagan aliens" te encontrarás con un discurso del 21 de septiembre de 1987 ante la 47 asamblea general de las Naciones Unidas del por entonces presidente de los Estados Unidos de América que, sin duda, te sorprenderá.

 

Que no te hayas enterado del contenido de ese discurso es, sin duda, una prueba más del nivel de censura que hemos soportado los seres humanos durante estas décadas.

 

Porque lo repitió varias veces a lo largo de su etapa como presidente.

"Quizás necesitamos de una amenaza a nuestro mundo por parte de una raza proveniente de otro planeta. Entonces, las disputas entre las naciones desaparecerían.

 

Algunas veces me da por pensar qué rápidamente nos uniríamos si estuviéramos encarando una amenaza alienígena del espacio exterior".

La relación entre el cine y la política secreta que venimos explicando a lo largo de este libro se vuelve meridianamente clara cuando tomamos en perspectiva la vida del ex actor reconvertido en político, Ronald Reagan.

 

Espía al servicio del Ejército del Aire durante la II Guerra Mundial, a lo largo de su etapa como actor en Hollywood Ronald Reagan fue agente en ejercicio de la división Brass Bancroft J-24 del FBI.

 

Conociendo este dato, te extrañará menos saber que en diez de sus cuarenta películas, hiciera el papel, precisamente, de agente envuelto en tramas secretas.

 

Aunque, más sorprenderá conocer que Reagan acudió, allá por los años 50, a una de las celebraciones del solsticio del "Bohemian Grove", un selecto club de financieros, políticos, científicos y personalidades de la cultura donde se rinde culto al dios babilónico Moloch, al que se realizaban sacrificios de niños y bebés pequeños.

 

Moloch se representa mediante un búho, el mismo símbolo de los Iluminati de Baviera que quedó reflejado en el dólar de la Reserva Federal Americana, de 1933 y en cuyo anverso se observa la pirámide con,

"El ojo que todo lo ve", símbolo del dios egipcio "Horus" y el lema "Nuevo Orden Mundial", en latín.

El clásico símbolo del dólar ($), pero con las dos rayas preceptivas, es la representación de la diosa egipcia I-S-I-S.

 

Entre los participantes en este ritual a lo largo de un siglo - del cual se dice que incluye actos homosexuales - aparte de los clásicos,

...aparecieron actores mitos del cine como,

  • Charles Chaplin

  • John Wayne

  • Clint Eastwood...

Reconvertido en político, el actor Ronald Reagan se sentó en 1975 en la "Comisión Rockefeller" del Congreso, que investigó los abusos de la CIA en todo tipo de atentados a la dignidad humana.

 

Quizás te parezca una broma cruel pero la persona que dirigía la citada comisión era… ¡Nelson Rockefeller!, fundador del Majestic 12.

A pesar de su currículo como espía, todos los colaboradores cercanos a Reagan estaban de acuerdo en una cosa:

  • su incapacidad para manejar cualquier asunto de Estado superaba a la de cualquier otro presidente

  • se creía que lo sabía todo y no prestaba atención prácticamente a ningún informe

Ello hacía que sus subordinados no le tuvieran en cuenta en absoluto y que las personas que estaban a su alrededor, hicieran y deshicieran a su antojo.

 

Particularmente, su vicepresidente... de apellido Bush y de nombre, George...

 

Como dato curioso, el asesor más cercano de Reagan se llamaba… Colin Powell.

Reagan era un personaje que se sentía más cómodo en el ambiente Hollywoodiense que en el de la Casa Blanca y muchas de sus creencias estaban bastante alejadas de la retórica que un presidente debía manejar, de acuerdo a las normas no escritas.

 

Unas normas que todo presidente norteamericano conocía a la luz de los asesinatos de unos cuantos de sus precedesores, como,

  • Lincoln (1865)

  • Garfiedl (1881)

  • McKinley (1901)

  • Kennedy (1963)

El propio Reagan sufriría un intento de asesinato en 1981 a manos del ya clásico prototipo de demente que oye voces o actúa por amor a, en este caso, la actriz Jodie Foster que había interpretado a una ninfa prostituida en la película "Taxi driver" de Martin Scorsese, 1976.

 

Ignoramos si ese intento de asesinato tuvo alguna relación con el asunto que nos ocupa.

Lo que sí está fuera de toda duda es que el ex-actor había tenido varios encuentros con OVNIs siendo Gobernador de California entre otras cosas, porque lo dijo en público.

 

Esos encuentros habían dejado una huella en él y, al decir de sus colaboradores, estaba obsesionado con ellos al igual que con la astrología, el apocalipsis y los espíritus.

 

Creía en los extraterrestres y conocía, entre otras muchas cosas, que los platillos aparecían en los jeroglíficos egipcios.

El 28 de septiembre de 1981, el presidente Reagan recibió una carta del Mayor retirado Colman VonKeviczky, que era director de la "Investigación Internacional de Naves UFO Galácticas y Análisis de Redes - ICUFON".

 

Este grupo sostenía que los UFOs,

"representaban una fuerza intergaláctica que destruiría la tierra a menos que nuestros líderes se unieran para emprender acciones hostiles contra ellos".

VonKeviczky había comenzado su carrera trabajando en el departamento audiovisual de las Naciones Unidas y en 1966 había escrito un memorando al entonces Secretario de las Naciones, U Thant, recomendándole la creación de un departamento específico sobre el tema extraterrestre que fuera denominado "Autoridad Mundial sobre Asuntos Especiales".

 

El Secretario de las Naciones Unidas mostró interés por el tema y encargó a Vonkevicky,

"trabajar en un documento preliminar para conocer en qué medida el asunto OVNI podría ser incluido en la agenda de las Naciones Unidas".

Desde entonces, y hasta su muerte en 1998, Vonkevicky envió numerosos documentos al jefe de las Naciones Unidas para llamar la atención sobre el tema extraterrestre, al igual que había hecho, al parecer sin éxito, con todos los presidentes de los Estados Unidos, desde Johnson hasta Reagan.

 

La diferencia es que el ex-actor sí daría un paso en un tema por el que se sentía tremendamente implicado.

Al parecer, Reagan dedicaba mucho más tiempo a ver películas en la sede presidencial que a leerse los documentos de sus colaboradores.

 

En los Registros de la Casa Blanca se recoge que, durante su estancia allí, vio nada menos que 377 películas en la sala de proyecciones, entre las que se incluyen toda la serie de Star Trek y, con especial atención, a todas las películas que Spielberg estrenó durante esos años.

 

Tanto es así que está registrado que el 27 de junio de 1982, Steven Spielberg hizo un estreno exclusivo de su película ET para el Presidente y su mujer.

 

La importancia de esta película será analizada más adelante.

La carta de Vonkevicky a Reagan del 28 de septiembre fue la tercera, que seguía a una de enero de 1981, e incluía 17 documentos. Curiosamente, en marzo de 1981, Ronald Reagan sufrió un intento de asesinato a manos de uno de esos descerebrados que acostumbran a matar a las celebridades en Estados Unidos.

 

Unir ambos acontecimientos nos llevará al Proyecto MK Ultra y a la posibilidad de controlar una mente a control remoto.

 

Los asesinos de John Lennon, John Fitzgerald Kennedy, Robert Kennedy y una larga serie de criminales en serie de la historia reciente de los Estados Unidos - como los que, cada cierto tiempo, descargan sus rifles y pistolas indiscriminadamente y sin motivo aparente más que su odio por la sociedad - encajan a la perfección en este patrón.

La primera mención pública al tema extraterrestre hecha por Reagan de la que se tiene constancia fue en noviembre de 1985, durante una conversación con Gorbachov en Ginebra en la que se hablaba de desarme.

 

La segunda, en un colegio de Harford County, Maryland, conocido por su alto rendimiento cognitivo.

 

Eso sí, aunque el colegio pasara por tener uno de los índices de inteligencia más altos del país (96% de retención de lo leído), el discurso que ofreció, teniendo en cuenta que su audiencia era un grupo de colegiales, es, cuando menos, curioso.

Esto fue lo que les contó el Presidente Reagan.

"No puedo parar de pensar en que somos como los dioses de los niños, donde quiera que vivamos en el mundo, no puedo menos que decirle a él (Gorbachov) qué fácil sería para él y para mí, si de repente apareciera una amenaza para nuestro mundo personificada en otras especies venidas de un planeta más allá del universo.

 

Olvidaríamos las diferencias locales entre nuestros países y nos daríamos cuenta, de una vez y para siempre, que sólo somos seres humanos viviendo en la Tierra, unidos.

 

Bueno, supongo que debemos esperar que alguna raza alienígena venga y nos amenace, pero entre nosotros, podemos llegar a un entendimiento".

Los archivos desclasificados de los discursos de Reagan prueban que ninguno de los miembros de su equipo escribió esos comentarios para él, sino que fueron obra de él mismo.

 

Es lo que, en el argot de los guionistas, se conoce como "morcillas", es decir, añadidos sobre el guión de la propia cosecha del conferenciante.

Lo mejor de todo es que Gorbachov recogió la pelota lanzada por Reagan el 16 de febrero de 1987, en un importante discurso sobre la "supervivencia de la Humanidad" en Moscú ante el Gran Kremlin.

"En nuestro encuentro en Ginebra, el Presidente de los Estados Unidos afirmó que si la Tierra estuviera encarando una invasión de extraterrestres, los Estados Unidos y la Unión Soviética podrían unir sus fuerzas para repeler tal invasión.

 

No me gustaría discutir dicha hipótesis, porque me parece que es pronto todavía para afrontar tal invasión. Es más importante pensar en los problemas que tenemos que solucionar actualmente en común".

Es importante resaltar que la reunión entre Reagan y Gorbachov se llevó a cabo en Ginebra donde, entre tantas otras instituciones, tiene su sede… el Club Bilderberg.

 

El intercambio de discursos entre ambos líderes sobre el tema OVNI - que acabaron con la Guerra Fría, no lo olvidemos - aclara que la supuesta disputa entre Estados Unidos y el bloque comunista dejaba al margen el asunto extraterrestre.

 

La comunicación sobre ese asunto - como hemos ido viendo - era continua, entre otras cosas porque los incidentes en silos donde se guardaban misiles nucleares, podrían hacer creer a cada una de las superpotencias que estaban siendo atacadas por la otra.

Reagan llegó a visitar Roswell con ocasión de las elecciones en el estado de Nuevo Méjico - donde está ese pueblo - con el aparente fin de apoyar a un compañero republicano y se volvió a interesar sobre el asunto, aunque todos los indicios apuntan a que no tuvo acceso a la información fundamental.

 

El aparato secreto que se formó después de la II Guerra Mundial funcionaba al margen de las personas que "no debían saber" y, sin duda, la imprevisibilidad del carácter de Reagan le hacía ser un hombre peligroso para el secreto de esa cuestión.

 

Para "vigilar" a Reagan de cerca, tenía a su lado, como vicepresidente, a George Bush senior,

antiguo director de la CIA, hijo de uno de los financiadores de Hitler, directamente implicado en el tráfico de drogas y, según lo que hoy sabemos, en el asesinato de Kennedy...

Su nombre en clave dentro de los Skull and Bones es "Magog" - un nombre bíblico que se refiere al jefe de los ejércitos de Satán - y su filiación con los gobiernos secretos está fuera de toda duda.

 

El sabía...

El científico Michael Wolf discrepa de esta opinión dominante entre la mayor parte de los investigadores.

 

Según él,

"tanto Ronald Reagan como George Bush padre estaban muy informados de la realidad extraterrestre, especialmente Bush, cuando fue jefe de la CIA".

Wolf agregó en entrevista con el ufólogo Chris Stoner que Bill Clinton estaba parcialmente enterado del asunto ET porque poseía una autorización "Por encima del Top Secret" pero no la que daba acceso a toda la información, denominada "Umbra Ultra Top Secret".

 

Asimismo, aunque diversos cargos de los servicios secretos británicos (MI5, MI6) han tenido acceso a estas informaciones, ni la Reina Isabel ni la que fuera primera ministra, Margareth Thatcher, llegaron a conocer el asunto más que ligeramente.

El caso del antecesor de Reagan, Jimmy Carter, es muy particular.

 

Durante la precampaña electoral previa a su elección como presidente, Carter había admitido que había visto un OVNI, en compañía de un selecto grupo del Club de Leones, un grupo donde se reúnen las élites similar al famoso "Club Rotario".

 

El que fue gobernador del estado de Georgia colocó el tema OVNI en la agenda de la campaña electoral, anunciando que desclasificaría los archivos OVNIs cuando llegara al poder.

 

Parece que el haber pasado por el Club Bilderberg no le había hecho comprender al bueno de Carter que había cosas de las cuales no se podía hablar.

 

Según Michael Wolf,

"Carter estaba deseando acabar con la ocultación de los OVNIs pero se echó para atrás cuando le contaron las implicaciones religiosas del anuncio.

 

Él tenía fuertes creencias religiosas pero rompió a llorar cuando se enteró a través de los extraterrestres de que la religión está fabricada por el hombre y que probablemente no existe en ninguna otra civilización galáctica".

La actriz Shirley McLaine ha confesado recientemente que el Presidente Carter le contó, cuando era presidente, que estuvo investigando el tema con sus agentes de inteligencia pero el ejército le contestó que,

"el ejecutivo no podía tener acceso a esa información".

La actriz, cuyas creencias en los extraterrestres fueron parodiadas en la película de Tim Burton "Mars Attacks" ("ella" es la "newage" que se va como una loca a recibir a los extraterrestres), opina que las personas encargadas de esos temas estaban,

"evaluando la reacción del público ante esa particular eventualidad".

Lo cierto es que el jefe de ese gabinete del Presidente Carter encargado de la cuestión extraterrestre, Alfred Webre, se ha convertido hoy día en uno de los líderes de la "Exopolítica", es decir, de la diplomacia con otras naciones estelares.

Recientemente, en el año 2007, Jimmy Carter, convertido en un ex-presidente que ha dedicado su vida a intentar llevar la paz en conflictos como Palestina o en Venezuela, ha vuelto a reconocer públicamente que vio un OVNI y que contempla seriamente la existencia de extraterrestres.

Parece claro que, conociendo la experiencia de Kennedy, el MJ-12 no permitió a Carter que supiera más de la cuenta.

 

A su lado tenía, nada más y nada menos, que a Zbiniew Brzezinski, quien dirigió los primeros dieciocho meses de la "Comisión Trilateral", el grupo que David Rockefeller formó en 1973 con el propósito, según Bill Cooper, de unificar a los representantes de Europa, Japón y América en el asunto extraterrestre.

 

Curiosamente, el logotipo de esa civilización que entró en contacto con el gobierno de Eisenhower era un triángulo…

La Comisión Trilateral - cuyos primeros dirigentes fueron el propio Brzezinski y el omnipresente Henry Kissinger, y que contaba entre sus miembros con George Bush padre - se convertiría en un subgrupo dentro del aparato Bilderberg, todavía más exclusivo que éste.

 

El abogado español Antonio Garrigues Walker - hijo del embajador de España en Nueva York durante muchos años del mismo nombre - sería durante varios años el director de la rama europea de la Comisión Trilateral, confirmando el vínculo auténticamente familiar de este auténtico Gobierno Secreto.

En aquellos años ochenta en los que la saga de la "Guerra de las Galaxias" se convirtió en todo un hito de la cultura popular, el nombre pasó a denominar uno de los más complejos proyectos de la industria armamentística.

Aunque la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI, en sus siglas en inglés), conocida popularmente como Guerra de las Galaxias, había nacido cuando todavía existía la Unión Soviética, la llegada de Gorbachov al poder hizo que el proyecto dejara de tener sentido.

 

Hoy sabemos que el "escudo antimisiles", fue encargado al científico Edward Teller, padre de la bomba de hidrógeno y activo miembro de los grupos que, como el MJ-12, trabajaban con el tema extraterrestre y en época de Reagan se había convertido en el "Comité PI 40".

La SDI, que últimamente ha sido revitalizada, tenía como base los estudios del mítico Nikola Tesla y, más concretamente el proyecto HAARP (High Frequency Auroral Research Program o Programa de Investigación de Auroras de Alta Frecuencia).

 

Con base en Alaska, consiste en una batería de antenas emitiendo ondas de alta frecuencia (VHF, UHF) sobre la ionosfera. ¿Su uso?

 

Oficialmente,

"es capaz de bloquear objetos mediante sus ondas, miles de veces de menor intensidad que las electromagnéticas que emite el sol y cientos de veces menor que las variaciones de rayos ultravioleta que se producen en la ionosfera".

La clave está en que, a través de las ondas, la red de antenas puede interferir en el circuito electrodinámico de las auroras de la tierra, que produce entre 100,000 y 1 millón de megavatios.

 

De esta manera, puede inutilizar las telecomunicaciones de los países enemigos.

Según el gobierno norteamericano, HAARP es un proyecto únicamente para la investigación, pero las sospechas de algunos científicos que han estado implicados, como Bernard Eastlund y Rosalie Bertell, han llevado a pensar en usos más intrigantes.

 

Que se puede manipular el clima con ellas, y, muy posiblemente, que sea la base del tan renombrado escudo antimisiles SDI mediante sus capacidades para crear plasmas a altas altitudes.

 

Otra de sus muchas aplicaciones sería en el ramo de la óptica: generar comunicaciones submarinas y crear destellos luminosos similares, según algunos, a los que efectúan las naves extraterrestres.

Conociendo las inquietudes de Ronald Reagan, los datos proporcionados por Cooper sobre las armas de rayos y que usaban los extraterrestres allá por 1950, la sospecha de que el apelativo informal de "Guerra de las Galaxias" que se dio a la Iniciativa de Defensa Estratégica, quizás no esté tan desencaminado.

Nacía así, con los datos sacados a la luz por las propias esferas de poder, es decir, con los que nos han contado los medios y por medio de un presidente que sentía la amenaza de seres venidos de otros planetas, no lo olvidemos, la militarización del espacio.

 

Una militarización contra la que el propio Wernher Von Braun había avisado a su lugarteniente, Carol Rosin.

En 1977 estaba en una reunión en Fairchild Industries en una sala de conferencias llamada la 'Sala de Guerra'. En esa sala había un montón de gráficos en las paredes con enemigos, enemigos identificados. Había otros nombres más oscuros, nombres como Saddam Hussein y Gadaffi.

 

Pero estábamos entonces hablando sobre terroristas, los terroristas potenciales.

 

Nadie había hablado sobre esto antes, pero ésta era la siguiente fase después de los rusos, contra quienes íbamos a colocar estas armas basadas en el espacio.

 

Me levanté en esa reunión y dije:

'Discúlpenme, ¿por qué estamos hablando sobre enemigos potenciales, contra quienes vamos a construir armas basadas en el espacio si, de hecho, sabemos que no son nuestro enemigo en este momento?'

Bien, ellos siguieron con la conversación sobre cómo iban a crear a esos enemigos y cómo en algún momento, iba a haber una guerra en el Golfo, una Guerra del Golfo.

 

Esto fue en 1977, ¡1977...!

 

Y estaban hablando de crear una guerra en la región del Golfo cuando había 25.000 millones de dólares en el programa de armas basadas en el espacio que aún tenían que ser identificadas.

 

Por entonces, todavía o era conocida como la Iniciativa de Defensa Estratégica. Eso llegó en 1983.

 

Este sistema de armas ha estado obviamente en marcha durante mucho tiempo y yo no sé nada al respecto.

 

De modo que me levanté en aquella reunión y dije:

'Me gustaría saber por qué estamos hablando de armas en el espacio contra estos enemigos. Me gustaría saber más sobre este asunto.

 

¿Le importaría a alguien decirme de qué va todo esto?'

Nadie respondió...

 

Simplemente, siguieron con su reunión como si yo no hubiese dicho nada...

De repente me incorporé y dije:

'Si nadie puede decirme por qué estáis planeando una guerra en el Golfo, cuando hay una cierta cantidad de dinero en un presupuesto para que podáis crear el siguiente conjunto de sistemas de armamento, que será el comienzo de la 'venta' al público sobre por qué necesitamos armas basadas en el espacio, entonces, aquí está mi dimisión.

 

¡No volveréis a oír hablar de mi otra vez!'

Y nadie dijo una palabra, porque estaban planeando una guerra en el Golfo y ocurrió exactamente como habían planeado, un tiempo después. La sala estaba repleta de gente metida en este juego.

 

Había gente que yo había visto vestida unas veces con uniforme militar y otras con un traje gris y aspecto de empresarios.

 

Esa gente juega a un juego de 'puertas giratorias'.

 

Trabajan, al mismo tiempo, como consultores, gente de la industria, y/o gente del ejército y de inteligencia. Trabajan en las industrias y ellos mismos se meten a través de estas puertas directamente a posiciones de gobierno.

Me levanté en esa reunión y pregunté si estaba oyendo correctamente. Que entonces había un presupuesto de 25.000 millones de dólares destinados a armas basadas en el espacio, que iba a haber una guerra en el Golfo, estimulada, creada, de modo que pudiesen vender la siguiente fase de armas al público y a los que toman las decisiones.

 

Esta guerra iba a ser creada de modo que pudiesen deshacerse de las armas viejas y crear un nuevo conjunto de armas. De modo que tuve que dimitir de mi puesto. No pude seguir trabajando en esa industria.

Las profecías de Von Braun a Carolin Rosin se hicieron realidad hace pocos años.

 

El 19 de octubre de 2006, el diario London Independent titulaba en primera página "El espacio: nuevo foco de guerra para Estados Unidos".

 

Tan - en apariencia - sensacionalista titular hacía alusión a una declaración que, en el calor de los acontecimientos, (con la invasión de Irán a unos pasos) pasó desapercibida para muchos.

 

El Presidente Bush había declarado solemnemente la potestad de los Estados Unidos de impedir que determinados países viajen al espacio. Hasta el momento, además de la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos, sólo China, Japón y la India han accedido al espacio con sus propios satélites.

 

Se cree que Estados Unidos tiene 7.500 misiles nucleares frente a 20 de China.

 

De acuerdo a la Unión of Concerned Scientist (Unión de científicos preocupados), Estados Unidos posee más de la mitad de los 800 satélites que actualmente están en el espacio.

Días antes, el propio Bush había firmado un memorando, conocido como "National Space Policy" ("Política nacional en el espacio") en el que rechazaba futuros acuerdos internacionales de control de armas en el espacio y garantizaba a los Estados Unidos el derecho de denegar el acceso al espacio a "países hostiles".

El documento, el primero que revisaba la política en el espacio de los Estados Unidos desde hacía una década, reclamaba además el derecho de los Estados Unidos a "realizar cualquier investigación, desarrollo u otras actividades" que consideren "ayuda a su seguridad".

 

Aseguraba además que "la libertad de acción en el espacio es tan importante para los Estados Unidos como lo es en el aire o en el mar".

De esta manera, delegaba en el Jefe de los Servicios Secretos, John Negroponte, y en el de Defensa, cuando se escriben estas líneas, Robert Gates, la responsabilidad de,

"desarrollar y desplegar las capacidades necesarias para sostener el liderazgo de los Estados Unidos y permitir las transformaciones en el ámbito del espionaje y de la defensa".

La Web Insidedefense.com ("Dentro de la Defensa") se hizo eco recientemente de un comunicado del 21 de septiembre de 2006 en el que el Ministerio de Defensa afirmaba que el gobierno chino había "nublado" mediante láser uno de sus satélites.

 

El NRO (National Reconnaissance Office) - la agencia estadounidense encargada de explotar comercialmente los satélites - confirmó que esto había ocurrido al menos una vez.

 

Sin embargo, días después, el 13 de octubre, el General de la Marina James Cartwright desmentía que el gobierno chino hubiera utilizado un arma láser para inutilizar algún satélite norteamericano.

 

Aunque el propio Cartwright matizó:

"se puede esperar que, donde hay un valor y un comercio, ha de haber una competición".

Todo ello sucedía mientras se desarrollaba la crisis nuclear de Corea del Norte - aliado de China.

Los expertos apuntan a que los Estados Unidos han estado desarrollando armas espaciales desde hace tiempo, concretamente desde la época de la Guerra de las Galaxias.

 

Otros analistas, sin embargo, sostienen que China y Rusia, al igual que los Estados Unidos, han desarrollado un escudo de plasma aunque, por supuesto, no hay manera de refutar este hecho, como tampoco el papel del famoso y polémico HAARP en todo el proyecto.

 

Lo que sí se sabe es que la declaración de Bush violaba el tratado internacional de las Naciones Unidas de 1967 que prohibía expresamente la militarización del espacio.

Con el apoyo de otros 33 congresistas, el parlamentario demócrata Dennis Kucinich elevó una propuesta de ley el 13 de diciembre de 2001 para detener los planes de Rumsfeld y Bush en el espacio.

 

En ella se decía que los planes presentados por Bush,

"violaban el tratado en su artículo 2, sección 2 de la Constitución y que eran incompatibles con dos siglos de prácticas de separación de poderes y controles de éstos, según recoge la Constitución de los Estados Unidos".

La propuesta de Kucinich terminaba así:

"consiguientemente, ya que los tratados internacionales tienen el estatus de ley, la propuesta del Presidente de derogación del tratado sobre armas en el espacio sin el consentimiento del congreso, viola el artículo 2, sección 3 de la Constitución, que obliga al Presidente a vigilar que las leyes sean ejecutadas".

Ese mismo año 2001, en una audiencia del Comité del Senado para la seguridad aérea, el general Edward Anderson III, responsable del Comando Espacial norteamericano advirtió que,

"nuestro país corre el riesgo real de sufrir un Pearl Harbor espacial que nos pille con la guardia baja. Debemos prepararnos para asegurar nuestro acceso al espacio y negar ese acceso a otros, si es necesario".

El principal peligro, a juicio de los allegados al entonces Ministro de Defensa, Rumsfeld, procedía del espacio:

"más que cualquier otro país, EE.UU. depende del espacio para su seguridad y bienestar.

 

Dependemos de servicios satelitales para hogares, escuelas, negocios y hospitales. Los satélites permiten las comunicaciones globales, las transmisiones de TV, el pronóstico del tiempo, la navegación de barcos y aviones".

El peligro podía venir desde China o Rusia y virtualmente les podía dejar sin telecomunicaciones.

 

Para anticipar este peligro se desarrolló una simulación, un juego de guerra emplazado en el año 2017 en la base de Shriever, época en la que los cielos, según los militares estadounidenses, estarían llenos de armas.

 

Los contendientes en ese juego simulado poseían microsatélites capaces de maniobrar contra otros satélites bloqueando su visión, interferir sus transmisiones y hasta destruir sus equipos usando dosis de radiación.

 

También realizaron ejercicios con rayos láser en tierra, capaces de cegar la óptica de los satélites.

Todos estos cambios de la política militar en el espacio tienen su origen en los atentados del 11-S.

 

En el documento secreto filtrado al New York Times en marzo del 2002 y titulado "Revisión de la postura nuclear", se revelaba la postura del ejecutivo norteamericano tras el 11-S en cuanto a Defensa, a cuyos fundamentos se refería como "una nueva tríada".

 

Esta tríada estaría compuesta, además de por las armas ofensivas conocidas - nucleares y convencionales - de las activas y defensivas - misiles balísticos - y las infraestructuras de "respuesta de defensa" - la posibilidad de desarrollar armas nucleares y realizar pruebas de esa naturaleza.

Al propio tiempo, el documento dejaba claro que su propósito principal no era protegerse de misiles balísticos sino proporcionar al gobierno norteamericano "libertad de acción", una manera de intentar evitar al citado tratado internacional que prohibía la militarización del espacio.

Como ha anotado la fundación "Western States Legal",

"el temor no estriba en que los Estados Unidos vayan a sufrir un ataque sorpresa sino que, cuando un país haya sido amenazado o atacado por fuerzas norteamericanas, sea capaz de prevenir un ataque o forzar a Estados Unidos a retirarse mediante el uso de armas de destrucción masiva contra los propios Estados Unidos o tropas o países aliados".

Lo curioso es que la declaración de George Bush apareció curiosamente tan sólo unos días después del ensayo nuclear realizado por Corea del Norte, de manera que es fácil sospechar que estaba preparado con anterioridad para esta precisa contingencia.

 

Su antecedente más claro es el famoso Plan para un Nuevo Siglo Americano (PNAC, en sus siglas en inglés).

 

El documento - en su redacción participaron el ex-jefe del departamento de Defensa Rumsfeld, el vicepresidente Cheney y otro ex secretario de Defensa, Dick Wolfowitz, entre otros - parece un calco de lo que el científico Von Braun anticipó a Carolin Rosin.

"En la postguerra de la Guerra Fría, América y sus aliados se han convertido en los principales objetivos de la política disuasoria por parte de estados como Irak, Irán y Corea del Norte que son los más interesados en desarrollar capacidades disuasorias.

 

Los proyectos de fuerzas militares convencionales serán más complejos y forzados cuando el propio territorio americano sea proclive a sufrir ataques por fuerzas de regímenes débiles pero capaces de componer hasta un minúsculo misil balístico.

 

Construir un efectivo sistema de defensa de misiles es un prerrequisito imprescindible para mantener la preeminencia americana".

El 1 de junio del 2006, el presidente Bush pronunció un discurso ante la academia militar de West Point en el que oficialmente implicaba a los Estados Unidos en la doctrina de la guerra preventiva contra cualquier estado, justificándolo como,

"un conflicto entre dios y el Mal" y puntualizando que "la guerra contra el terror no se podrá ganar a la defensiva".

Todo ello, nos retrotrae a las profecías de Werner Von Braun y a un hito en la historia de la televisión, llamado "Alternativa 3"

En 1976, un aparentemente estrafalario programa de una televisión independiente inglesa concitó todas las miradas de la Opinión Pública.

 

Bajo el formato periodístico de un docudrama, es decir, un reportaje de investigación recreado con actores, se relataba una conspiración a cargo de un Gobierno Oculto que hacía desaparecer a científicos para llevarlos a una base secreta en Marte.

 

Un pensador de la Universidad de Cambridge bajo el nombre de "Gerstein" hablaba de un congreso acontecido en Alabama en 1957 en el que un grupo de científicos habían considerado los peligros climatológicos y de un asteroide que se acercaba a la Tierra, planteando tres alternativas.

 

Las dos primeras:

  • bombardear el cielo con armas nucleares para solucionar el efecto invernadero

  • construir ciudades subterráneas donde una élite sobreviviría a la extinción,

...habían sido desestimadas, habiéndose decidido continuar con la tercera.

 

Y ésta era nada menos que colonizar un planeta para llevar allí a un grupo selecto de seres humanos de todos los ramos del saber como una especie de arca de Noé.

 

Un tal Brodin, que había sido astronauta en el programa Apolo, reconocía que la carrera espacial era sólo "un escaparate" y que cuando llegaron a la luna se encontraron con que ya había bases humanas allí, concretamente, desde 1962.

El astronauta se preguntaba por qué fueron allí "en unas bicicletas" cuando disponían de medios más avanzados y por qué no les había contado lo que realmente estaba sucediendo.

Particularmente significativa era la aparición de un "miembro" del Royal Institute of Foreing Affaire (el equivalente del CFR en Inglaterra), que hacía unas reflexiones muy agudas acerca de la,

"cooperación entre los soviéticos y los norteamericanos en el espacio, mientras en la Tierra continúan con su carrera armamentística".

Y es importante porque, como queda dicho, nada menos que el primer banquero del mundo - y miembro de todas las logias secretas habidas y por haber - había ejercido, como vimos, de espía para la Unión Soviética.

 

Durante el docudrama, se explicaba que durante un viaje de 1972 a la luna, los astronautas americanos se encontraron orbitando alrededor de nuestro satélite a una sonda soviética, llamada Vostok, que supuestamente sólo tenía capacidad para orbitar alrededor de la Tierra.

 

Así mismo, se narraba la desaparición de destacados científicos y militares, que habrían ido a parar a esas bases humanas fuera de la Tierra. El docudrama terminaba con unas imágenes que uno de los protagonistas desaparecidos, el astrónomo Ballentine, cedió antes de desaparecer y que demostraba que había vida, humana, en Marte.

 

En enero del 2008, la totalidad de los medios de comunicación ingleses y el periódico El Mundo en España se hacían eco de una fotografía de la superficie de Marte que, al ampliarla, dejaba entrever una figura humana.

 

Tras confirmarse que la fotografía era auténticamente de la NASA, los escépticos profesionales calificaron este hecho de "alucinación" y fruto de las mentes que quieren ver conspiraciones donde sólo hay inocentes secretos de Estado.

En el año 2006, la NASA anunció un nuevo programa para establecer una base humana permanente en la Luna para el 2024, desde donde se iniciaría la expansión de la civilización,

 "hacia Marte y otros planetas".

El experto suizo Bruno Stanek, que cubrió el alunizaje de 1969 para la televisión helvética, afirmó a la Web Swissinfo que,

"Marte es el planeta con mayor 'espacio vital' cerca de la Tierra pero sólo puede acoger a algunos millones de seres humanos, no a miles de millones, como la Tierra".

En esa misma Web se aclaraba que, sin embargo:

"Stanek no cree que un segundo planeta ofrecería a la raza humana un mejor seguro de vida en caso, por ejemplo, de colisión con un asteroide, o una catástrofe climática o medioambiental mayor".

Ese mismo año 2006, la NASA admitió que Marte podía albergar agua y, por lo tanto, vida, aunque sea al nivel de microorganismos y diferentes informaciones oficiales han comenzado a extender la idea de que el ser humano podría "plantar" la vida en ese planeta.

Curiosamente, en la época en la que se emitió el mítico "Alternativa 3", el cambio climático no era un tema dentro de la "agenda" diaria, es decir, no se contemplaba como algo creíble, sin embargo, hoy es el tema central de nuestras vidas.

¿Cómo lo sabían los productores de ese programa del año 1976...?

Este docudrama causó furor en su época, obligando a la productora a asegurar que todo lo que se contaba era ficción.

 

A España llegaría de la mano del insigne doctor Jiménez del Oso, muchos años después y, curiosamente, durante la emisión la imagen se fue a negro en muchas ocasiones.

 

Lo que allí se relataba se parece muchísimo a las declaraciones de Bill Cooper reseñadas anteriormente y, como veremos, han sido corroboradas por diferentes astronautas.

 

Todo hace indicar que el personaje del astronauta Brodin se inspiró en la figura de Buzz Aldrin, quien realizó extrañas declaraciones a la vuelta de su viaje por el espacio.

 

Como vimos, el personaje de "Brodin" repetía en varias ocasiones que,

"les habían hecho ir en 'bicicleta' al espacio",

...dando a entender que el Gobierno Oculto poseía tecnologías muy superiores a las que estaban utilizando por aquellas fechas.