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			por  
			
            
			Joan d’Arc 
			2002del sitio Web 
			
			ParanoiaMagazine
 
			traducción de 
			
			Adela Kaufmann 
			
			
			Versión 
			original en ingles 
			  
			  
			Según la norma de armonización conocida como 
			
			Ley de Bode, un planeta 
			debe existir entre Marte y Júpiter – a unos 260 millones de 
			kilómetros del sol.
 
			  
			A partir de 1801, una pequeña roca y objetos 
			metálicos fueron descubiertos orbitando al Sol a una distancia 
			aproximadamente similar a esto. Desde entonces, varios cientos de 
			miles de asteroides grandes han sido catalogados, y se estima que 
			hay más de un millón de asteroides de 1 km. 
 Estirado a una distancia de 205 hasta 300 millones de kilómetros del 
			Sol, esta banda es conocida como el Cinturón de Asteroides. Los 
			asteroides varían en tamaño desde el de Ceres, que tiene un diámetro 
			de unos 1000 Km, hasta el tamaño de un guijarro.
 
			  
			Si la masa total 
			estimada de todos los asteroides fuese concentrada en un único 
			objeto, el objeto total mediría unos 1.500 kilómetros (932 millas) 
			de diámetro - menos de la mitad del diámetro de la luna terrestre.  
			  
			  
			
			 
			  
			  
			El astrónomo H. Olbers descubrió el segundo asteroide, Pallas, en 
			1802, y el cuarto asteroide, Vesta, en 1807.  
			  
			En su tiempo, Olbers 
			pensaba que estos cuerpos eran fragmentos de un planeta que había 
			estallado. Otra teoría generalmente aceptada indica que los 
			asteroides son los restos de un planeta que fue destruido por una 
			gran colisión masiva. No obstante, ya se había puesto de manifiesto 
			que gran parte del material de este "planeta faltante" había sido 
			halado hacia las órbitas de la Tierra, Marte y Júpiter, ya sea como 
			meteoros o satélites en órbita. 
 Entre los catastrofistas hay desacuerdo sustancial sobre la cuestión 
			del “desaparecido" quinto Planeta, desde el Sol, en el lugar en el 
			que se encuentra la Gran Banda, los escombros de un enorme planeta 
			que los sumerios conocían como Tiamat.
 
			  
			Hay diversas opiniones sobre 
			qué causó el Cinturón de Asteroides, por ejemplo, Tom van Flandern, 
			en sus obras: Hipótesis del Planeta que Explotó en Materia Oscura, 
			Planetas Desaparecidos y Nuevos Cometas, afirma que un antiguo 
			planeta principal entre Marte y Júpiter explotó hace cerca de unos 
			65 millones de años.  
			  
			Van Flandern cree que este acontecimiento es el 
			origen de la gran bombardeo de cometas y asteroides que finalizó el 
			reinado de los dinosaurios sobre la Tierra.  
			  
			Sin embargo, según 
			
			
			Zecharia 
			Sitchin 
			en “El 12avo Planeta", las cuentas escritas dejadas 
			por la perdida civilización sumeria afirman que Tiemat no falta, no 
			está desaparecido, solamente se trasladó. Tiamat, es el planeta en 
			el cual nos encontramos ahora. 
 Este artículo discutirá dos anomalías que sugieren que la Tierra 
			estuvo alguna vez más lejos del Sol, sugiriendo que antes de un gran 
			cataclismo, descrito en el babilónico 
			
			Enuma Elish, la Tierra era el 
			planeta que los sumerios llamaron Tiamat. Según la cosmogonía 
			sumeria /babilónica (génesis cósmico), el quinto planeta desde el 
			Sol, Tiamat, fue relegado a la tercera posición por un desastroso 
			acontecimiento, un ahora bien conocido por los seguidores de la 
			Teoría del Planeta X.
 
			  
			En primer lugar, una sinopsis de la historia 
			sumeria/babilónica de Tiamat está en orden. 
 
			  
			  
			  
			Nibiru - El retrógrada Intruso  
			 Los antiguos textos sumerios indican que Tiamat fue golpeado por un 
			gran planeta, el cual lo movió hasta su actual órbita, y también 
			creó la Luna de la Tierra y el Cinturón de Asteroides.
 
			  
			En sus libros, El Doceavo Planeta y 
			
			El Código Cósmico, Zecharia Sitchin describe 
			esta "batalla celestial", como se describe en el texto babilónico 
			
			Enuma elish
			babilónico.  
			  
			El planeta "Marduk" (el sumerio "Nibiru"), 
			al entrar como un reloj en el sistema solar, en su curso elíptico (retrógrado) 
			de 3,600 años, golpeó a Tiamat, que se estaba moviendo en su órbita 
			en dirección contraria a las agujas del reloj. 
 De acuerdo con las bien conocidas traducciones de Sitchin, uno de 
			los satélites de Marduk golpeó primero a Tiamat, seguido por otras 
			dos lunas de Marduk. Luego, Marduk mismo, una enorme entidad cósmica, 
			golpeó Tiamat, estrellando la mitad del planeta en pedazos, que se 
			convirtió en lo que los sumerios llamaron el gran brazalete.
 
			  
			La otra 
			mitad del planeta, que fue alcanzado por una luna más pequeña de Marduk, fue catapultada a una nueva órbita, junto con un fragmento 
			de un material que se convirtió en su luna. Según el Enuma Elish, 
			lunas originales de Tiamat se dispersaron, muchas cambiando la 
			dirección de sus órbitas y rotaciones. 
 De hecho, existe evidencia de este gran cataclismo en nuestro 
			sistema solar hoy en día.
 
			  
			
			
			Tom van Flandern, un especialista en 
			mecánica celeste en el Observatorio Naval de EE.UU., ha sugerido que 
			la gran grieta de Marte podría ser el lugar de impacto de una 
			antigua luna, las lunas de Neptuno muestran evidencia de alteración 
			violenta, Mercurio era originalmente una luna de Venus , Marte tuvo 
			alguna vez muchas más lunas, y Plutón y Caronte son lunas escapadas 
			de Neptuno.  
			  
			Van Flandern encuentra la rotación retrógrada de Venus 
			peculiar, cree que nuestra Luna se originó en la Cuenca Terrestre 
			del Pacífico, y él está de acuerdo en que probablemente hay un 
			planeta sin descubrir, más allá de Plutón, que pertenece a nuestro 
			sistema solar.  
			  
			  
			
			 
			  
			  
			Además, el Hubble recientemente investigó uno de los 
			asteroides más grandes, Vesta (imagen arriba), y encontró 
			evidencia de capas diferenciadas, similares a los planetas 
			terrestres, áreas distintivas de luz y oscuridad, como la cara de 
			nuestra luna, y una geología similar a la Tierra, incluyendo 
			evidencia de antiguos flujos de lava volcánica. 
 
			  
			  
			
			Conocimiento Imposible
 
			 Sitchin cree que el "conocimiento imposible" de los sumerios fue 
			impartido por los "Anunnaki", viajeros del espacio, en una serie de 
			textos que forman la base de la antigua ciencia y religión, y fue 
			traducido a muchos idiomas, incluyendo al griego y al hebreo bíblico.
 
			  
			Según Sitchin, todas las antiguas mitologías se derivan de este 
			conocimiento inicial impartido a los terrícolas por programas 
			espaciales ETI que provienen de este díscolo, bola de boliche, 
			Nibiru. Según Sitchin, los Anunnaki llamaron a nuestro planeta Eridu, 
			lo que significa "hogar lejos de casa". 
 Sitchin también afirma en El Código Cósmico que los Anunnaki 
			utilizaron sus detalladas cartas celestes para agrupar las estrellas 
			en constelaciones, y honraban a sus dirigentes poniéndole a las 
			constelaciones los nombres de ellos. Así, el dios sumerio EA, ( "cuya 
			casa es el agua") fue honrado por los signos zodiacales de Acuario y 
			Piscis, y los "sacerdotes que supervisaban su culto" estaban 
			vestidos como Pescadores.
 
			  
			Enlil, el de la cabeza-fuerte, fue honrado 
			por el signo de Tauro. Ninmah era Virgo. El guerrero Ninurta era 
			Sagitario.  
			  
			Con el tiempo, explica Sitchin, como segunda y tercera 
			generación de "dioses" Anunnaki se unieron a la escena en la Tierra, 
				
				 “todas las doce constelaciones zodiacales fueron asignadas a las 
			contrapartes Anunnaki". Sostiene, “no los hombres, sino los dioses, 
			idearon el zodíaco."  
			El continente que los antiguos, llamaron Pangea probablemente 
			representa la verdad prehistórica en cuanto a la formación terrestre 
			en la Tierra después de haber sido involucrada en esta colisión.  
			  
			Con 
			el tiempo, los continentes luego se deslizaron hacia donde están 
			ahora. Como lo señala Sitchin, las masas más grandes de la Tierra 
			están, en su mayoría, a un solo lado, y los océanos se toman el 
			resto del planeta. Mirando al globo terráqueo desde una distancia, 
			si se quitara el agua, lo que queda es un "planeta hendido, partido," 
			que es el significado de "KI" - la palabra sumeria para la 
			encarnación actual de la Tierra. 
 Según el Enuma Elish, la Tierra fue a parar como la tercera roca 
			desde el sol después de esta acuosa calamidad. Aquí es donde la 
			historia bíblica del Génesis recoge la historia, contando sólo como 
			un comienzo, en el punto donde las aguas de estos dos grandes 
			cuerpos se separaron en el firmamento, las aguas que pertenecientes 
			a dos mundos rebotando a golpes en la noche.
 
			  
			Los actuales avances en 
			la astronomía, de hecho, corroboran algunos aspectos de esta 
			historia. 
 
			  
			  
			
			Planeta X en las noticias
 
			 Irregularidades matemáticas en las órbitas de los planetas 
			exteriores, en particular, extraños bamboleos y anomalías 
			gravitacionales observadas en las órbitas de Urano, Neptuno y Plutón, 
			han impulsado a los astrónomos en los últimos cien años a emprender 
			la búsqueda de un gran cuerpo planetario en el sistema solar 
			exterior.
 
			  
			Basados en la evidencia matemática, los astrónomos han 
			estado tan seguro de la realidad de este planeta que lo llamaron 
			Planeta X. El nombre es el décimo planeta, así como el símbolo 
			matemático de una cantidad desconocida. (véase de d'Arc, "Planeta 
			X", en la lista de lecturas sugeridas a continuación) 
 Muchos artículos han sido escritos sobre el Planeta X en los últimos 
			veinte años.
 
			  
			El 17 de junio de 1982, un comunicado de prensa de la 
			NASA del Centro Ames de Investigación reconoció oficialmente la 
			posibilidad de "algún tipo de misterioso objeto" más allá de los 
			planetas más lejanos. La revista Astronomía, publicó un artículo en 
			diciembre de 1981, titulado " En Busca de un Décimo Planeta ", y 
			otro artículo en octubre de 1982, titulado “En la Búsqueda de un 
			Décimo Planeta".  
			  
			Newsweek cubrió la historia del Planeta X el 28 de 
			junio de 1982, en un artículo titulado "¿Tiene el Sol un compañero 
			oscuro?"  
			  
			Este artículo implica que el décimo planeta era un gemelo 
			del sol, indicando que dicho "compañero oscuro" podría producir la 
			fuerza invisible que parece tirar de Urano y Neptuno, acelerándolos 
			en un punto en sus órbitas y reteniéndolos nuevamente a medida que 
			pasan ... la mejor apuesta es una estrella oscura orbitando por lo 
			menos a 50 mil millones de millas más allá de Plutón ... Es más 
			probable que sea una enana marrón, o una estrella de neutrones ".
			
 Andy Lloyd más tarde pasó a más que especular de que vivimos en un 
			sistema binario (www.darkstar1.co.uk).
 
			  
			El Washington Post, cubrió la 
			historia del Planeta X en primera página el 31 de diciembre de 1983 
			llamado "Misterioso Cuerpo Celestial Descubierto". Esta historia 
			reportó que el satélite astronómico infrarrojo (IRAS) detectó calor 
			de un objeto alrededor a unos cincuenta millones de kilómetros de 
			distancia. 
 Un Comunicado de Prensa de la NASA / ARC publicado en la revista 
			Newsweek el 13 de julio de 1987 reveló que:
 
				
				"un excéntrico 10º planeta pudiera o no estar orbitando al Sol".
				 
			El artículo afirmaba que el investigador científico de la NASA, 
			John 
			Anderson,  
				
				"tiene una corazonada de que el Planeta X está ahí afuera, 
			aunque en ninguna parte cerca de los otros nueve."  
			El artículo concluía:  
				
				"Si él está en lo correcto, dos de los enigmas 
			más intrigantes de la ciencia espacial pudieran ser resueltos: la 
			causa de las misteriosas irregularidades en la órbita de Urano y 
			Neptuno durante el siglo 19. Y que es lo que acabó con los 
			dinosaurios hace 26 millones (sic) [en realidad 65 millones] de años. 
			"  
			Esto nos lleva muy claramente a la primera anomalía, que sugiere que 
			la Tierra era el desaparecido gran planeta Tiamat. 
 
			  
			  
			
			Primera Anomalía 
			- Los Dinosaurios y la Gravedad
 
			 Es un hecho curioso de que el mundo antediluviano de alguna manera 
			apoyaba a criaturas voladora de 350 libras, mientras que la gravedad 
			de hoy sólo permite criaturas voladoras de un peso máximo de 
			alrededor de 30 libras.
 
			  
			Incluso en las 25 libras, la grandes águilas 
			cazadoras de Asia Central tenían grandes dificultades para despegar 
			del suelo.  
			  
			  
			
			 
			  
			  
			El Pteranodons volador (un "depredador antediluviano" en un mundo 
			donde una inundación mundial ‘nunca sucedió’) se piensa ahora que 
			fueron carroñeros, no pescadores.  
			  
			Cómo estos "planeadores vivientes” 
			podrían haberse dado a la fuga después de hartarse de carne podrida 
			de dinosaurio es un verdadero rompecabezas, según Douglas Lawson, de 
			U. Cal.  
			  
			Como lo explica Ted Holden en "Dinosaurios y el Problema de 
			la Gravedad" en El Anomalista, este reptil volador era bastante 
			ligero, del tamaño de un pavo moderno, pero con una envergadura de 
			hasta 50 pies. 
 Ha sido propuesto que algunos vertebrados voladores dependían de las 
			corrientes de aire para el despegue. Esta teoría los habría tenido 
			perpetuamente sentados en el borde de un acantilado a la espera de 
			una brisa. Otros propusieron que tomaban impulso y se lanzaban al 
			aire, pero la falta general de musculatura probablemente hacía a 
			estos vertebrados incapaces de correr tan rápido.
 
			  
			Aún más importante, 
			 
				
				"Alas de tal extraordinario tamaño no podrían haber sido agitadas 
			cuando el animal estaba en el suelo", explica Holden. 
				 
			Estos supuestos presentan un problema de ingeniería 
			tipo 
			
			Trampa-22:  
				
				El Pteranodon 
			habría necesitado piernas altas como zancos para permitir que esas 
			monstruosas alas batieran para levantarse del terreno.  
			Y este, 
			ciertamente no es el más grande de los depredadores voladores 
			antediluvianos. Según Robert T. Bakker en 
			
			The Dinosaur Heresies, algunos pterosaurios tenían alas de una envergadura de 
			60 pies.  
			  
			Bakker ha acordado que,  
				
				"una criatura así de grande se 
			habría roto sus huesos de los brazos si tratara de volar".
				 
			Hay otros factores que actualmente limitan el tamaño de las 
			criaturas de la Tierra. Vamos a considerar a los elefantes.  
			  
			Como Holden, explica, es bien sabido que los animales del tamaño de los 
			elefantes no pueden permitirse el lujo de caerse, y que incluso la 
			más leve caída, por lo general puede resultar mortal, rompiendo 
			huesos y destruyendo tejidos. Sin embargo, el elefante, ni siquiera 
			vive un estilo de vida de depredador.  
			  
			Como señala Holden:  
				
				Los depredadores viven luchando y tumbando a las presas. Uno podría 
			pensar que esta consideración excluiría la existencia de cualquier 
			depredador que fuera demasiado grande para soportar las caídas. Los 
			estimados del peso del tiranosaurio, sin embargo, incluye 
			especímenes más pesados que cualquier elefante. Esto parece ser una 
			contradicción ...    
				Por otra parte, los elefantes son simplemente 
			demasiado pesados para correr en nuestro mundo. Como es bien sabido, 
			logran una especie de caminata rápida. Ellos no pueden saltar, y 
			cualquier cosa parecida a un drenaje o canaleta los para en seco. 
				   
				Los mamuts eran grandes, y más grandes que el más grande de los 
			elefantes, y sin embargo, el arte del Pleistoceno los muestra 
			claramente galopando.  
			  
			  
			
			Mito - Teoría de Saturno
 
			 Holden se pregunta si algún aspecto del entorno de la Tierra alguna 
			vez pudo haber sido inmensamente diferente.
 
			  
			  
			
			 
			  
			  
			Él concluye,  
				
				"Hay categorías de evidencia, derivada de un cuidadoso análisis de 
			los depredadores antediluvianos, para mostrar que las condiciones de 
			gravedad en el pasado lejano, no eran las mismas que son hoy." 
				 
			El concluye de que los super-animales del pasado de la Tierra no 
			podrían vivir en nuestro mundo actual. Holden especula una 
			explicación:  
				
				Las leyes de la física no cambian, ni la constante gravitacional, 
			hasta donde sabemos. Sin embargo, algo era obviamente y masivamente 
			diferente en el mundo en el que existían estas criaturas, y que la 
			diferencia probablemente implicaba un cambio en la gravedad 
			percibida.    
				Esta solución se deriva de la continua investigación de 
			los neo-catastrofistas, es decir, los seguidores del fallecido 
				
				Immanuel Velikovsky, y se conoce como la "teoría del mito de Saturno"...
				 
			El requisito básico para una percepción atenuada de la gravedad de 
			la Tierra implica que la Tierra estaba en una órbita muy cercana 
			alrededor de un cuerpo estelar más pequeño y mucho más frío (o 
			cuerpo binario) que nuestro Sol actual.  
			  
			Uno de los polos siempre 
			estaría apuntando directamente a esta pequeña estrella cercana o 
			sistema binario. La intensa atracción gravitacional que se retiraría 
			de la Tierra en forma de huevo en vez de su actual forma esférica 
			presente, de manera que el centro de gravedad del planeta estaría 
			fuera del centro hacia la pequeña estrella.  
			  
			Esto generaría el 
			esfuerzo de torsión necesario para contrarrestar la fuerza 
			giroscópica natural y mantener el polo terrestre apuntado en la 
			misma dirección que giró en torno a la estrella. 
 Holden continúa sugiriendo algunas de las consecuencias de tal 
			intensa tracción gravitacional:
 
				
					
					
					Permitiría animales gigantes como los dinosaurios
					
					
					Tendería a halar toda la masa terrestre de la Tierra a un solo 
			continente (Pangea)
					
					
					No habría estaciones, porque el polo de la Tierra estaría 
			señalando a esta estrella o sistema binario  
			De hecho, la literatura antigua nos dice que en tiempos 
			antediluvianos no habían estaciones.  
			  
			Holden especula una explicación:  
				
				"El estado del sistema solar actual indica que este sistema anterior 
			fue eventualmente capturado por una gran estrella, nuestro Sol 
			actual. Sin embargo, las piezas de este antiguo sistema, no han 
			desaparecido. La pequeña estrella de influencia o sistema binario 
			del pasado aún permanece, a pesar de que ha terminado ya su reinado 
			de poder. "  
			Holden sugiere que esas estrellas pequeñas son Júpiter y Saturno, 
			las dos principales deidades de los sistemas religiosos de la 
			antigüedad.  
			  
			Él escribe:  
				
				"No hay razón porqué adorarían como deidades a dos planetas que la 
			mayoría de la gente ni siquiera puede encontrar en el cielo de la 
			noche, a menos que por supuesto, esos cuerpos ocuparan un lugar 
			mucho más destacado en los cielos que hoy en día".  
			  
			 
 
			Efectos de Júpiter y Saturno en Orbes Cercanos 
			En efecto, si la Tierra estuvo una vez en la quinta posición, sus 
			vecinos más cercanos habrían sido Júpiter y Saturno.
 
			  
			Uno de los 
			debates más fascinantes de estas dos esferas está contenida en un 
			libro de 1954, escrito por Rodney Collin, titulado 
						
			
			The Theory of Celestial Influence.  
			  
			  
			
			 
			  
			  
			Júpiter tiene doce lunas conocidas, cuatro de 
			las cuales son visibles por el telescopio.  
			  
			Como explica Collin,  
				
				"La relación de Júpiter al Sol, parece seguir un radio definido y 
			significativo. El sistema de Júpiter, en número de satélites, su 
			tamaño, distancia, velocidad de revoluciones y así sucesivamente, 
			parece que nos presentan un modelo exacto del sistema Solar ". 
				 
			Como Collin, explica,  
				
				"Júpiter, como el Sol, es una entidad total viva, o 
			cosmos."  
			Collin, quien era discípulo de P.D. Ouspensky y 
			G.I. Gurdjieff, 
			afirma que el sistema de Júpiter está muy desarrollado y es casi un 
			reflejo completo en miniatura del Sistema Solar.  
			  
			Afirma,  
				
				"la influencia o la radiación producida por el sistema, debe ser 
			extremadamente sutil, incorporando de un gran número de diversas 
			frecuencias en relación armónica".  
			El sistema de Júpiter, Collin explica, incluye 15 a 20 frecuencias 
			armónicas. El mundo de Júpiter debe producir "una extraordinaria 
			riqueza de matices que lo pondría en la misma relación a Venus que 
			un violonchelo a un silbato". 
 Collin, también señala que Júpiter y Saturno apoyan,
 
				
				"sistemas completos de satélites y pudieran incluso ser ligeramente 
			auto-luminoso, aunque esta luminosidad se vuelve imperceptible por 
			el resplandor infinitamente mayor del Sol".  
			Collin observa que Júpiter y Saturno "evidentemente están tratando 
			de convertirse en soles".  
			  
			También señala que,  
				
				"cada 390 días, Júpiter y Saturno retornan a una relación media con 
			la Tierra, y forman ángulos iguales con la Tierra y el Sol, y sus 
			influencias se equilibran".  
			Así vemos, como nos dijo Holden anteriormente, 
			 
				
				"las piezas de este 
			antiguo sistema, no han desaparecido".        
			Ángeles Caídos de Satanás: ¿Los asteroides? 
 Según Collin, es interesante especular sobre qué tipo de influencia 
			pudieran producir el movimiento de los incontables asteroides en el 
			campo magnético de la Tierra.
 
			  
			Imagínese el efecto discordante de 
			esta,  
				
				“multitud de partículas de variados tamaños, persiguiendo a 
			diferentes velocidades de cientos de órbitas separadas y muy 
			excéntricas".  
			Collin señala la relación física entre la masa de 
			asteroides y los planetas individuales. Se pregunta, ¿pudiera esta 
			relación representar la independencia o la insurrección de las 
			unidades de componentes contra el todo?  
			  
			Como señala Collin,  
				
				"las condiciones patologías son causadas por la acción independiente 
			o inercia de los distintos o separados cuerpos o células del cuerpo, 
			mientras que las rebeliones y revoluciones representan tal condición 
			en la política del cuerpo."  
			Collin, también llama la atención sobre la extraña afinidad entre 
			los asteroides y la idea de "corrupción".  
			  
			Él observa la conexión 
			entre los asteroides, como una multitud de partículas, y las 
			antiguas "leyendas de delincuencia" en el plano angelical o 
			planetario. La rebelión de Satanás, la caída de Lucifer, son 
			historias contadas en el contexto de los demiurgos planetarios, 
			Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.  
			  
			Como señala Collin, los 
			asteroides nunca son mencionados por su nombre, pero en todo caso se 
			nos habla de un "ángel caído", tal como en,  
				
				"¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, estrella de la mañana?" 
				 
				Isaías xiv 
			Podría antiguas leyendas estar describiendo como ángeles caídos la 
			caída de escombros de un gran cataclismo, como una insurrección en 
			la política del cuerpo del sistema solar? 
 En el Libro del Apocalipsis, las visiones son asignadas a cada uno 
			de los siete ángeles planetarios.
 
			  
			En el lugar del quinto ángel, se 
			nos dice que una estrella se vio caer del cielo, 
				
				"en el pozo sin 
			fondo, de donde surgieron nubes de humo que oscurecieron el sol".
				 
			  
			El 
			ángel del abismo, era
			
			Apollyon, que más tarde sería llamado 
			Satanás. 
			Debemos darnos cuenta de que los asteroides ahora ocupan el quinto 
			lugar en la secuencia planetaria. El quinto planeta "está faltante".  
			  
			Una visión describe, además,  
				
				"una mujer vestida del sol y la luna bajo sus pies, y sobre su 
			cabeza una corona de doce estrellas".  
			Collin describe esta visión, como,  
				
				"la personificación de la escala descendente de los mundos de los 
			doce signos zodiacales de la Vía Láctea a través del Sol hasta la 
			luna".  
			La mujer, explica, está a punto de dar a luz "a un nuevo satélite."
			 
				
				"Satanás espera para devorar al niño y hay una guerra en el cielo 
			entre Satanás y sus demonios, y Miguel y sus ángeles (el Sol y los 
			planetas principales). El Gran Dragón es echado fuera (del mundo) y 
			lanzado hacia la Tierra con sus ángeles . Lucifer es el espíritu de 
			la multiplicidad, el caos y el desorden entre una masa de individuos 
			desorganizados ".  
			La Teoría del Planeta X está comenzando a completar los detalles de 
			este antiguo mito de una
			
			Guerra en el Universo.  
			  
			El Gran Dragón 
			podría ser 
			Nibiru (Sol B), el gemelo oscuro del Sol, que fue lanzado 
			hacia (chocó contra) la Tierra, y que en realidad "devoró al infante" 
			(tomando un gran bocado de su costado) y fue expulsado del mundo de 
			momento. 
 Collin concluye,
 
				
				"en un remoto período de tiempo en la historia del sistema solar, 
			alguna tremenda tensión cósmica tremenda pudiera haber sido creada, 
			lo cual representó la ‘noche’ para la Tierra, produciendo el 
			cataclismo que se tragó la 
				
				Atlántida y realizó una ruptura casi 
			completa de la historia humana ... La leyenda de la caída de Lucifer 
			y la guerra de los otros planetas en su contra... se encuentra 
				trascrito en el lenguaje astronómico ".  
			  
			(Nota: sin embargo, que Nibiru y su comitiva de siete lunas está 
			en una recurrente órbita periódica de 3,600 años alrededor del Sol 
			A, y el cataclismo que acabó con la civilización de la Atlántida no 
			es necesariamente es el mismo que acabó con el reinado de los 
			dinosaurios.) 
 
			  
			  
			
			Especulaciones sobare los Dinosaurios y el Problema de la Gravedad
 
			
			Volviendo al 
			
			problema dinosaurios/gravedad, como lo señala Holden,
 
				
				"algo era obviamente enormemente diferente en el mundo en el que 
			existieron estas criaturas".  
			¿Podría haber sido un mundo totalmente diferente, uno situado en la 
			quinta roca desde el Sol A, y en una órbita cercana alrededor de un 
			cuerpo más pequeño, más frío binario, Júpiter o Saturno?  
			  
			Como señala Holden, uno de los polos de la Tierra señalaría en la misma 
			dirección, en la que giraba alrededor de la estrella pequeña. La 
			intensa atracción gravitacional que halaría la Tierra en forma de 
			huevo, de forma que el centro de gravedad del planeta sería fuera 
			del centro hacia la pequeña estrella. ¿Podrían las consecuencias de 
			tal intenso tirón gravitacional permitir enormes criaturas voladoras?
			
 Dentro de este contexto, debemos considerar también los pensamientos 
			van Flandes en la materia: la peculiar rotación retrógrada de Venus 
			(¿habrá sido alguna vez una luna de Tiamat?), que Mercurio fue 
			originalmente una luna de Venus, que Marte tuvo alguna vez más lunas, 
			y que Plutón y Caronte son lunas escapadas de Neptuno.
 
			  
			Con Tiamat 
			como un gigante de 8-bolas, habría parecido que fue jugado un juego 
			cósmico de piscina. Hay mucho que considerar ahora que los 
			catastrofistas finalmente están teniendo su día en la corte. Haga 
			preguntas, aunque parezcan absurdas, ya que en este contexto, no 
			sabemos nada! 
 
			En esencia, la Teoría de la Estrella Oscura afirma que estamos 
			viviendo en un sistema binario. Verdaderamente hemos sido lanzados 
			como una bola curva.  
			  
			El gemelo oscuro del Sol también proporciona 
			una explicación para el siempre presente dualismo Cristo/Satán de 
			nuestros sistemas religiosos, un enigma discutido en detalle por Andy Lloyd en 
			la Sección 
			Estrella Oscura.  
			  
			Esto nos lleva muy claramente 
			a la segunda anomalía que sugiere que la Tierra es el desaparecido 
			gran planeta Tiamat. 
			 
 
			  
			  
			
			Anomalía dos - Agua, ¡Agua por doquier!
 
			 El segundo argumento para que la Tierra sea el planeta sumerio 
			Tiamat fue sugerido recientemente por 
			
			
			Andy Lloyd, y tiene que ver 
			con la sobreabundancia de agua en la Tierra.
 
			  
			Como
			
			los Sumerios 
			afirman, Tiamat fue alcanzado por una luna de Nibiru y fue cortado 
			casi a la mitad, llevándose el agua de este mundo acuático. Como 
			señala Sitchin, toda el agua en la Tierra actual está, sobre todo, 
			en un lado. Si usted quitara el agua, la Tierra se ve rota por la 
			mitad. 
 Cuando Andy Lloyd explica en su ensayo "The Great Water Conundrum", la fuente de agua oceánica de la Tierra es realmente 
			curiosa.
 
			  
			¿De dónde provino todo? Un 
			
			artículo del 3/23/02 en la 
			revista Science News, escrito por 
			Ben Harder explica el problema. 
			 
			  
			Como explica Harder, la Tierra está demasiado cerca del Sol para 
			contener la cantidad de agua que contiene. El agua, tan crucial para 
			su biosfera, debería haber sido expulsada del sistema solar interno 
			antes de que se formara la Tierra. Estando tan cerca del Sol como 
			está, la Tierra debería ser un planeta mucho más seco. 
 Tempranas teorías proponían que el agua de la Tierra se originó de 
			los cometas impactando la Tierra, muy temprano en su geohistoria. 
			Sin embargo, datos recientes sugieren que la proporción isotópica 
			del agua terrestre y el hielo de los cometas son muy diferentes. Los 
			cometas contienen grandes cantidades de deuterio, una forma isótopa 
			de agua que es rara en la Tierra.
 
			  
			Si esto es representativo de los 
			cometas del sistema solar en general, entonces se puede atribuir muy 
			poco del agua de la Tierra al impacto de cometas. Lloyd sugiere que 
			tal vez sólo la mitad de los océanos de la Tierra pudieran haber 
			sido depositados por cometas. 
 Sin embargo, no debemos sorprendernos de que los científicos 
			planetarios están decididos a trabajar dentro del paradigma 
			actualmente aceptado, que es en gran parte controlado por el 
			gradualismo 
			darwiniano y es vehementemente opuesto al catastrofismo.
 
			  
			Como Lloyd concluye:  
				
				"La solución está mirando a todos estos científicos planetarios en 
			la cara."  
			Y concluye:  
				
				"La Tierra tiene una rica mezcla de sustancias 
			volátiles, incluyendo el agua, porque nuestro planeta se formó 
			originalmente mucho más lejos del Sol".  
			Lloyd analiza la teoría del "embrión" de 
			Allessandro Morbidello, 
			quien ha propuesto que la Tierra se formó a partir de,  
				
				"la fusión de embriones del tamaño de la luna provenientes de 
			distintas órbitas caóticas en el sistema solar primordial." 
				 
			Estos "volátiles portadores", explica Morbidello, se habrían 
			formado alrededor de 4 Unidades Astronómicas, que están 
			aproximadamente cuatro veces más lejos del Sol que la Tierra. Esto 
			pondría a la formación temprana de la Tierra en algún lugar dentro 
			de la órbita de Júpiter. 
 Curiosamente, Morbidello también señala que,
 
				
				"el acarreador, portador 
			de agua de 4 UA han sido únicos geo-químicamente en el sistema 
			solar".  
			Como Lloyd concluye,  
				
				"Si la Tierra que una vez 
				estuvo cuatro veces más lejos del Sol de lo 
			que es ahora, entonces tenemos que explicar cómo se las arregló para 
			encontrarse en su proximidad actual al Sol. De alguna manera, fue 
			desviada hacia el sistema solar interior desde una órbita 
			inicialmente mucho más cercana a la de Júpiter."  
			Como Lloyd concluye:  
				
				"Allí se encontró un mundo acuático en alrededor de 4 unidades 
			astronómicas, y una gran “batalla ‘ celeste’ tuvo lugar entre los 
			‘dioses’ planetarios. El resultado fue la Ésta fue la maniobra de 
			empuje de este Mundo Acuoso, ‘Tiamat’, hacia el sistema solar 
			interior, donde se convirtió en la Tierra.    
				El intruso, 'Nibiru', 
			salió girando hacia una órbita excéntrica más allá de los planetas 
			conocidos, donde permanece hasta ser re-descubierto hasta este día".
				 
			Lloyd toma nota del “carácter especial” de la Tierra.  
			  
			Él pregunta,  
				
				¿Hubiera 
			surgido la biodiversidad actual en este planeta si la Tierra se 
			encontrase todavía a 4 UA?  
			Su respuesta,  
				
				"ya que la vida se basa en 
			el agua líquida … se sospecha que no ...".  
			Él explica:  
				
				La situación paradójica que encontramos actualmente en la Tierra se 
			resuelve o bien considerando la posibilidad de que la Tierra se ha 
			movido significativamente más cerca del Sol desde su formación, o 
			re-pensando cómo se forman los planetas.    
				Lo que sea que ha causado 
			que nuestro mundo tenga tanta agua estando tan cerca del Sol, puede 
			ser poco usual, posiblemente, incluso único. La abundancia de agua 
			líquida en la Tierra puede ser muy rara si la acción de un planeta 
			intruso es requerida para explicar su derivación hacia una órbita 
			más interior.  
			  
			 
 
			Energías Vinculantes y Sistema de Expansión  
			 Según Andy Lloyd, el físico Jack Hills, ha calculado el efecto del 
			paso de las estrellas y de las enanas negras o marrones que viajan a 
			través o cerca de la zona planetaria.
 
			  
			Hills ha señalado que, dado su 
			tamaño y cantidad de movimiento, las estrellas probablemente 
			continuarían en su camino más allá del sistema solar, pero una enana 
			negra o enana marrón sería más proclive a ser capturada por el Sol. 
			 
			  
			Una vez capturada, la órbita de la enana capturada podría ser muy 
			excéntrica, posiblemente degradándose con el tiempo.  
			  
			  
			
			 
			  
			  
			El trabajo de Hill indica que si la enana marrón tuviera menos de 20 
			masas de Júpiter, su infracción temporal en la zona planetaria no 
			necesariamente causaría el caos entre los demás planetas, pero 
			habría un efecto en las relaciones energéticas entre los planetas. 
			 
			  
			Estas "energías planetarias vinculantes" no son fijas.  
			  
			Cuando un "elemento 
			excéntrico o no-convencional" de considerable masa se introduce en 
			el sistema solar, las energías de enlace de los planetas están 
			sujetas a cambios. La investigación de Hill sugiere que la órbita 
			del intruso cambiaría toda la energía de las órbitas de los otros 
			planetas. Sus cálculos sugieren que el sistema solar estaría 
			supeditado a una contracción o expansión.  
			  
			Como señala Lloyd,  
				
				"las 
			mismas distancias de los planetas del Sol, estarían sujetas a cambio."
				 
			También señala,  
				
				"La enana no tendría que interactuar directamente con los planetas, 
			simplemente el cambio de relación con el Sol sería suficiente para 
			afectar a otros cuerpos en el sistema solar".  
			Como Lloyd sugiere:  
				
				Jack Hills describió estos efectos de forma teórica. Su interés era 
			el estudio de si un cuerpo del tamaño de Némesis, una propuesta 
			enana negra, podría haber sido capturada por el Sol. Llegó a la 
			conclusión de que habría causado demasiado caos en el sistema solar. 
			Pero por debajo de 20 masas de Júpiter, un intruso no daría lugar a 
			la misma devastación.    
				En otras palabras, una enana marrón pequeña 
			pudiera haber sido capturada por el Sol en el pasado remoto, y el 
			sistema solar todavía parecería tan estable como se cree que es hoy 
			en día. Así que, si el Planeta X fuera una pequeña enana marrón, 
			entonces mecanismos físicos han sido estudiados científicamente que 
			realmente permiten su existencia.    
				Además, esos cálculos muestran que 
			la interacción entre esta enana y el resto del sistema solar podría 
			tener ramificaciones físicas fundamentales. La distancia entre la 
			Tierra y el Sol pudiera haber sido alterada. No sólo una vez, sino 
			cada vez que cambia la órbita temporal de la débilmente ligada enana cometaria. 
			Lloyd pregunta,  
				
				"¿Se ha alterado la distancia de la Tierra al Sol? ¿Era la distancia 
			entre la Tierra y el Sol una variable que cambió con respecto a la 
			incursión, y la subsiguiente captura por el Sol, de una enana marrón? 
			¿No sería que el desplazamiento físico de nuestro planeta ha 
			provocado repentidos y catastróficos cambios terrestres del medio 
			ambiente?    
				¿Qué pasaría con los océanos, por ejemplo, si la Tierra de 
			repente se cae desde o hacia el Sol? ¿No serían barridos y 
			arrastrados por la tierra, acompañados por titánica actividad 
			volcánica y sísmica? "  
			  
			 
 
			Apéndice 
			Lloyd ha argumentado que la maniobra de la Tierra desde la quinta 
			posición desde el Sol a la tercera debe haber ocurrido hace algunos 
			3,9 billones de años y no hace 65 millones de años, durante el 
			reinado de los dinosaurios.
 
			  
			Así, según su argumentación, las dos 
			anomalías que aquí se sugieren, son incompatibles entre sí, ya que 
			de acuerdo a la "columna geológica" , ambos acontecimientos 
			ocurrieron en períodos de tiempo muy lejanos.  
			  
			Por lo tanto, he 
			retenido la publicación de este documento hasta el momento en que 
			pudiera explicar la discrepancia, que es la siguiente:  
				
				Sitchin afirma que el desplazamiento de Tiamat/Tierra (el cual Lloyd iguala al "último gran bombardeo) ocurrido hace 3,9 mil 
			millones años. El desplazamiento Tiamat / Tierra tiene que haber 
			ocurrido durante la formación temprana de la Tierra, mucho antes de 
			que los mamíferos entraran a la escena (o incluso los vertebrados). 
				   
				Por otra parte, Tom van Flandern afirma que el bombardeo de 
			asteroides que terminó con el reinado de los dinosaurios ocurrió 65 
			millones de años. Estas dos fechas son incompatibles. Sin embargo, 
			van Flandern lo ve estrictamente como un bombardeo de asteroides, no 
			un desplazamiento planetario.    
				En otras palabras, el ve al quinto 
			planeta como "desaparecido", en lugar de "trasladado." La Tierra 
			estuvo siempre donde está.  
			Lloyd también describe un acontecimiento de extinción que creó la 
			extinción en masa de límite P-Tr. Él escribe:  
				
				"Un gran acontecimiento de extinción se produjo alrededor del límite 
			Pérmico-Triásico aproximadamente hace unos 245 millones de años. 
				   
				La 
			magnitud de la destrucción de la vida en la Tierra fue un orden de 
			magnitud mayor que el exterminio de los dinosaurios hace 65 millones 
			de años. La destrucción de los dinosaurios al final del Cretácico, 
			ahora se piensa que fue causada por un acontecimiento de impacto 
			único en la costa de Yucatán, México.    
				Este impacto de asteroide o 
			cometa ha conducido a la deposición de iridio extraterrestre, 
			formando el famoso límite K / T en los estratos de roca de ese 
			período. ¿Podemos mirar a una causa similar para la más catastrófica 
			extinción en masa del límite P-Tr? "  
			Lanzando toda precaución al viento, hay algunas soluciones que 
			pueden sugerirse.  
				
					
					
					Solución 1: Los dinosaurios nunca vivieron hace 65 millones de años, 
			en ese tiempo también eran sólo huesos. En el Catastrofismo, uno no 
			tiene ninguna fecha sólida donde colgar su sombrero. Todas las 
			fechas que tenemos son un desastre. 
					
					Solución 2 (sin duda muy, pero muy lejos allá afuera): El antiguo 
			quinto planeta, antes conocido como Tiamat a los sumerios, de hecho, 
			ha desaparecido. La tierra en la que actualmente nos encontramos, 
			una vez fue una luna de Nibiru, que cayó de la influencia de su 
			propio Sol Oscuro. Los dinosaurios fueron una vez existentes (vivos) 
			en esta luna de Nibiru. En este escenario, los dinosaurios son 
			criaturas de otro mundo. 
					
					Solución 3 (también lejos allá afuera): Los dinosaurios estaban 
			vivos en una luna de Nibiru, los cuales intercambiaron material con 
			la Tierra / Tiamat. De la Tierra tomó los huesos de estos animales 
			que nunca fueron existentes en la Tierra, sino que eran criaturas de 
			otro mundo.  
			El problema de la gravedad de los dinosaurios es una gran pieza de 
			evidencia para algo, pero ¿evidencia de qué?  
			  
			Tal vez otros 
			catastrofistas por ahí me pueden ayudar a poner las piezas de este 
			rompecabezas. 
 
			  
			  
			
			Lecturas recomendadas
 
				
					
					
					Collin, Rodney 
						
					
					The Theory of Celestial Influence, Arkana Libros 
			Penguin, 1954. 
					
					d'Arc, Joan, "Planet X 
					- Is a Runaway Wrecking Ball Part of Our Solar 
			System?" 
					
					
					David, L. "Long-Destroyed Fifth Planet May Have Caused Lunar 
			Cataclysm, Researchers Say", 18 de marzo de 2002.
					
					
					Delsemme, A. "Un argumento a favor del origen cometario de la 
			biosfera", American Scientist 89 (septiembre-octubre) 2001, Págs. 
			432-442. 
					
					Drake, M. & K. Righter "Determinando la Composición de la Tierra" 
			Nature 416 (7 de marzo) de 2002, Pág. 39-44. 
					
					Harder, B. "Water for the Rock: Did Earth’s Oceans come from the 
			Heavens?" Science News 23 de marzo 2002 (Vol. 161, N º 12).
					
					
					Holden, Ted, "Dinosaurs and the Gravity Problem," 
					The Anomalist, Volumen 1
					
					Lloyd, Andy, "Winged Disc: The Dark Star Theory" de 
			2001, véase también "The Great Water Conundrum"
					
					
					Morbidelli, A. et al "regiones de origen y escalas de tiempo para 
			la entrega de agua a la Tierra” Meteoritos y Ciencia Planetaria 35 
			2000, Pág.1309 -1320. 
					
					Sitchin, Zecharia “El Doceavo Planeta" y el 
					"Código 
					Cósmico". 
					
					Van Flanders, Tom, Materia Oscura, Planetas Faltantes y Cometas 
			Nuevos: Paradojas Resueltas, Orígenes Iluminados, Libros North 
			Atlantic, 1999  
			  |