Globalistan: How
the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble
Books, 2007) y
Red Zone Blues: a
snapshot of Baghdad during the surge.
Su último libro es
Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Es también
corresponsal para el diario Asia Times y analista
político para the Real News.
Clausewitz reconocido estratega militar del
siglo XIX concebía la guerra como una empresa
política, una manera de continuar y de conseguir
eso que no se había podido conseguir por la
diplomacia o la negociación.
Los EE.UU. de América
desde hace años aplican con su imperialismo la
política de la cañonera.
Cualquier cosa que no
han podido obtener por las buenas tratan de
conseguirlo por las malas, por la fuerza bruta.
Pero los tiempos han
cambiado y los nuevos competidores mundiales se
hacen cada día más fuertes y organizados,
tejen alianzas anti-hegemónicas y están
resueltos a defender sus intereses, cueste lo
que cueste.
En pleno siglo XXI
no se puede aguantar tanta estupidez y abuso.
La
ceguera de Washington ante esta realidad conduce
a los EE.UU. a la ruina.
La quinta vuelta del Diálogo Estratégico y
Económico China-EE.UU. comenzó este jueves en Washington.
Esta "Hermandad"
China-EE.UU. involucra bastante parloteo, sin una acción perceptible.
El Think-tand-EE.UU. [1]
trata de producir la impresión de que Pekín se encuentra ahora en una
posición más frágil con respecto a Washington en comparación con el
entorno posterior a la crisis financiera en 2009. Una tontería.
Es como si el continuo escándalo (global)
de la NSA no hubiera tenido lugar;
Edward
Snowden
sacó a la luz cómo el gobierno de EE.UU. se ha vuelto contra sus
propios ciudadanos incluso mientras espía a virtualmente a todo el
planeta.
Luego existe el meme de que la economía china tiene "problemas",
cuando en realidad Pekín está lanzando una compleja estrategia de largo
alcance para calibrar los efectos de una relativa desaceleración
económica.
Finalmente, la supuesta "conducta agresiva
china" en términos de seguridad asiática no es más que propaganda.
Pekín,
por supuesto, está reforzando su ejército, pero al mismo tiempo tanto
China como algunos miembros seleccionados de la Asociación de Naciones
del Sudeste Asiático están afinando sus tácticas antes de emprender
conversaciones multilaterales sobre un código de conducta para
cualesquiera problemas serios en el Mar del Sur de China.
Sería
insensato que Pekín decidiera elegir una diplomacia del tipo cañonera,
que ciertamente atraería un contragolpe estadounidense.
El apoyo de EE.UU. para la destrucción de Siria y el "giro"
hacia Asia está todo relacionado, tiene como objetivo la ascensión de
China y se ha diseñado para afectar la compleja estrategia china de un
corredor energético eurasiático.
Pero no parece funcionar, el gasoducto
Irán-Pakistán (IP) puede terminar siendo IPC, la "C" es una extensión a
Xinjiang en China occidental.
Pekín sabe que si Bacher al-Asad
se queda y el gasoducto de 10.000 millones de dólares llega a terminarse
(ciertamente con ayuda financiera china y rusa) puede resultar que el
mejor cliente sea la propia China, y no Europa Occidental.
Considerando su relación estratégica con
Islamabad, Pekín también es muy consciente de cualquier acción
estadounidense para provocar problemas en el geo-estratégicamente crucial
Baluchistán en Pakistán, con una posible extensión a la vecina provincia
Sistán-Baluchistán en Irán.
Paralelamente, Pekín interpreta las bravatas
e intransigencia de EE.UU. respecto al "programa nuclear" de Irán como una
historia de cobertura para perturbar su sólida asociación de seguridad
energética con Teherán.
Respecto a Afganistán, los corredores en el
Zhongnanhai en Pekín deben de estar resonando con risas mientras
Washington vuelve atrás no menos de 16 años, al segundo gobierno de Bill
Clinton - una eternidad en política - para hablar con los talibanes en
Doha esencialmente sobre una de las jugadas más antiguas del “Oleoductistán”.
"Queremos un gasoducto" (el TAPI, Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India)
dice Washington. "Queremos nuestra tajada", responden los talibanes.
Los
talibanes, por su parte, mantendrán su programa de ofensiva de verano,
sabiendo perfectamente que podrán hacer lo que quieran después que el
presidente Hamid Karzai caiga en el olvido.
En cuando a la noción de
Washington de que Islamabad podrá mantener bajo control a los talibanes
afganos, hasta las cabras en el Hindu Kush se ríen ante la idea.
Todo tiene que ver con Siria
Siria, no obstante, sigue siendo la historia
crucial - como el pivote de un cáncer que se expande, una guerra
sectaria suní/chií alentada en gran parte por la Casa de Saud y otros
actores del Consejo de Cooperación del Golfo, y aceptada sin matices por
el gobierno de Obama.
Fue necesario un valeroso diplomático para
filtrarla, más traducciones del ruso al árabe y luego al inglés, para
que el mundo tuviera una idea de lo que los políticos discuten realmente
en esas vacuas cumbres útiles para efectos fotográficos.
Lo que el
presidente ruso Vladimir Putin dijo cara a cara a Obama, al británico
David Cameron y al presidente francés François Hollande en la reciente
cumbre del Grupo de Ocho en Irlanda del Norte es nada más y nada menos
que apasionante.
Ejemplos:
Putin dirigiéndose a la mesa:
"¿Queréis que el presidente Bacher al-Asad renuncie?
Mirad a los dirigentes que habéis instalado en Medio Oriente durante lo
que habéis bautizado como ‘Primavera Árabe’."
"Su país envió su ejército a Afganistán en el año 2001 con la excusa de
que estáis combatiendo a los talibanes y a la organización al Qaida y
otros terroristas fundamentalistas a quienes vuestro gobierno acusó de
realizar los
ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Y
aquí estáis ahora haciendo una alianza con ellos en Siria. Y usted y sus
aliados están declarando su deseo de enviarles armas.
Y ahí tenéis a Qatar donde vosotros (EE.UU.) tenéis vuestra mayor base en la región y
donde los talibanes están abriendo una oficina de representación".
La mejor parte es que la canciller alemana
Angela Merkel luego corroboró todas las palabras de Putin. Y el
presidente chino Xi Jinping ciertamente hubiera hecho lo mismo.
Sigue
tejiendo esa red, hermano
Incluso si la brillante idea del gobierno de Obama de seleccionar a los rebeldes "buenos" para que reciban armas
ligeras funcionara (y no lo hará; en un escenario bélico las fuerzas
combatientes verdaderamente duras - como las bandas al estilo de Jabhat
al-Nusra - terminan por apoderarse de las mejores armas), no existe
evidencia de que las fuerzas de Bacher al-Asad vayan a ser doblegadas.
Al contrario. Habrá una ofensiva para
reconquistar todo Alepo - ya está en progreso, así como una
ofensiva hacia el sur a Daraa para asegurar la frontera con Jordania;
las armas financiadas por las petro-monarquías para los "rebeldes" en el
sur de Siria pasan por Jordania.
Rumores de "extensión excesiva" son
fuertemente exagerados; esto se puede lograr por etapas.
Rusia, mientras tanto, seguirá realizando un
juego muy astuto; asegurando armas esenciales al gobierno sirio mientras
se mantiene dispuesta a entregar material aún más letal en caso de que
Washington decidiera aumentar su armamentización.
Un
poster burlón en las calles de Egipto muestra el rostro del emir de
Catar (Qatar),
Hamad al-Thani
cubierto de plátanos, en referencia a la falta de soberanía,
Nunca se puede recordar lo suficiente que la
Casa de Saud apoya a retrógrados partidos salafistas en Egipto y arma a
retrógrados combatientes salafistas en Siria.
En Egipto, los nuevos jefes - saudíes y
emiratíes - son como el antiguo jefe - los Qataríes.
Antes de
decidir recientemente que se depondría a sí mismo, Emir al-Thani gastó
hasta 17.000 millones de dólares en diversos partidarios de la Primavera
Árabe, en su mayoría para Mursi en Egipto.
Ahora la Casa de Saud ya ha
ofrecido 5.000 millones, y los Emiratos 3.000 millones.
Obviamente,
ninguno de ellos ha leído en [el diario] Asia Times Online los
puntos de vista de Spengler - quien ha demostrado que
Egipto, para gran pesar de su maravillosa gente, seguirá siendo una
república bananera - sin las bananas (vea "Islam’s civil war moves to Egypt", Asia Times
Online, 8 de julio de 2013.)
El resultado neto: Pekín apuesta a que
ganará en Pakistán, en Irán, en Siria (ya está ganando en Irak), en el “Oleoductistán”,
además del Mar del Sur de China, mientras Washington sigue atrapado en
su propia red de la Hermandad.
¿"Frágil"? Qué más quisieras.
Referencias
[1] Un think-tank es el nombre que
recibe en inglés un centro o institución que se dedica a difundir en la
sociedad civil una propaganda ideológica (generalmente de carácter
político) aunque disimulada bajo forma de divulgación de ideas
constructivas, útiles para el ciudadano.
Los think-tank
generalmente operan bajo cobertura de ser centros de investigación
independientes, pero en su mayoría están ligados a grupos de poder o
lobbys que los financian.
La misión de los think-tank es la de
inculcar y hacer valer en la población los valores e ideas de los grupos
dominantes de manera discreta, sin que sea apercibida quien está detrás.
Por esa razón los think-tank tienen los medios financieros para
reclutar personalidades muy prestigiosas y conocidas para propagar las
ideas o creencias que ellos quieren imponer.