por Dr. Joseph Mercola
29 Noviembre
2021
del
Sitio Web
Technocracy
traducción de
Ser y Actuar
del Sitio Web
SerYActuar
Versión
original en ingles
Información
enviada por Emanuel P
Resumen de la situación
-
La
condición psicológica de la sociedad conocida como
"formación de masas" es una condición para el
totalitarismo. Con la formación de masas, una población
sacrifica voluntariamente su libertad
-
La
principal condición para que se produzca la formación de
masas es la falta de vínculos sociales. En otras
palabras, el aislamiento social a escala masiva, que es
precisamente de lo que se trataba con
los
confinamientos. Pero incluso antes de la 'pandemia', el
aislamiento social estaba en un máximo histórico
-
La
segunda condición es que la mayoría de la gente
experimente la vida como algo sin sentido y sin
propósito.
-
La
tercera condición es la ansiedad generalizada y el
descontento reinante. Se trata de un descontento y una
ansiedad que no tienen causas aparentes o claras.
-
La
cuarta condición es la frustración y la agresión
flotantes, que tienden a darse naturalmente después de
las tres anteriores. También en este caso, la
frustración y la agresividad no tienen una causa
aparente.
-
Una
vez que estas cuatro condiciones se generalizan, puede
producirse la formación de masas, hecho que permite que
el totalitarismo surja y prospere. Una estrategia clave
para contrarrestar la formación de masas y evitar el
totalitarismo es que los disidentes se unan como un gran
grupo, dando así a los indecisos que aún no están
totalmente hipnotizados una alternativa a seguir frente
a los totalitarios. Otra estrategia es denunciar
abiertamente el régimen totalitario, ya que así se
limitan las atrocidades
En 1938, la
tecnocracia se definió a sí misma como
"la ciencia de
la ingeniería social".
Este profesor de
psicología clínica en Bélgica
ha revelado los
cuatro elementos clave de
la "formación de
masas" que hacen que
la gente se
desconecte de la realidad.
El Gran Pánico
de 2020-2022
muestra que los
cuatro se han hecho realidad
con resultados
predecibles.
Patrick M.
Wood - Editor de TN
En este
vídeo a pie de
pagina,
Mattias Desmet, profesor de psicología clínica de la
Universidad de Gante (Bélgica), repasa las condiciones sociales que
permiten que una población acabe sacrificando voluntariamente su
libertad.
Desmet, que también tiene un máster en estadística, descubrió
peculiares anomalías en los análisis estadísticos realizados durante
la 'pandemia' de COVID, lo que le hizo darse cuenta de que nuestra
sociedad global está empezando a entrar en un estado de "formación
de masas", un tipo de "hipnosis colectiva" necesaria para el
surgimiento de un régimen totalitario.
En esta entrevista del podcast de Aubrey Marcus, Desmet
repasa paso a paso la fórmula que da lugar a esta hipnosis
colectiva, y cómo esta fórmula se ha desplegado sobre la población
mundial en los últimos dos años.
No hace falta decir que nos advierte sobre la conveniencia de seguir
por este camino, y sugiere soluciones que podemos adoptar, tanto a
nivel individual como colectivo, para evitar la pérdida de libertad
que seguramente se producirá si no hacemos nada.
Un modelo sin sentido
Hacia finales de febrero
de 2020, Desmet empezó a examinar las tasas de mortalidad y otras
estadísticas, y rápidamente se dio cuenta de que había algo muy
erróneo en los modelos presentados al público, y utilizados como
justificación para cerrar los negocios "no esenciales", y ordenar a
todo el mundo que se quedara en casa.
Los modelos estaban
exagerando enormemente la amenaza del SARS-CoV-2, y a finales de
mayo de 2020, esto quedó "demostrado sin lugar a dudas".
Por ejemplo,
el Imperial College
de Londres predijo que si Suecia no se confinaba, a finales de
mayo de 2020 habrían muerto 80.000 personas.
Pues bien, Suecia optó
por no bloquear, y a finales de mayo sólo habían muerto 6.000
personas con diagnóstico de
COVID-19.
Lo más extraño de todo, dice Desmet, fue que todo el mundo seguía
diciendo que las contramedidas contra el coronavirus se basaban en
modelos matemáticos y en la ciencia, y sin embargo,
"cuando se demostró
sin lugar a dudas que los modelos iniciales estaban
completamente equivocados, las medidas continuaron, como si nada
estuviera mal y los modelos fueran correctos".
Está claro, pues, que la
modelización y la ciencia no eran fundamentales, ni siquiera
formaban parte de la ecuación.
Esto, dice Desmet,
"fue una fuerte señal
de que estaba pasando algo a nivel psicológico que era realmente
poderoso".
Otro indicio de que algo
estaba realmente fallando era el hecho de que ninguno de nuestros
líderes políticos tenía en cuenta los daños colaterales de sus
contramedidas.
No había un análisis
de coste-beneficio/riesgo-recompensa para ninguna de las
contramedidas.
La Organización Mundial
de la Salud (OMS) sí advirtió que las medidas podrían provocar un exceso
de muertes por inanición.
Sin embargo, en ningún
momento vimos un modelo matemático que tuviera en cuenta las dos
caras de la moneda: el número de muertos por el [supuesto] virus y
los daños colaterales de las contramedidas.
Y sin ese análisis,
no podíamos evaluar si las contramedidas podían ser más dañinas
que el [supuesto] virus.
Siempre que se plantea
una medida de salud pública, es esencial realizar un análisis de
costes y beneficios. Sin él no se puede tomar una decisión sensata.
Sin embargo, en este caso
se ignoraron estos aspectos básicos, como si los daños colaterales
fueran intrascendentes.
Las cuatro
condiciones básicas para la "formación de masas"
¿Qué dinámica y procesos psicológicos pueden ser responsables de
esta aparente ceguera?
Al cabo de un par de
meses, Desmet se dio cuenta por fin de lo que ocurría.
La sociedad estaba (y
sigue estando) bajo el hechizo de una hipnosis de masas, un
proceso psicológico conocido como "formación de masas" que surge
en la sociedad cuando se cumplen determinadas condiciones.
La principal condición
es la falta de vínculos sociales.
En otras palabras, el
aislamiento social a escala masiva, que es precisamente de lo
que se trataba con los confinamientos.
A todos se nos dijo
que cualquier contacto con otros, incluidos los miembros de
nuestra propia familia, podía ser una sentencia de muerte.
He oído de personas que
durante más de un año no se han relacionado con nadie, permaneciendo
encerradas en sus casas todo el tiempo, por miedo al contagio. Pero
el aislamiento social era un problema generalizado incluso antes de
la 'pandemia'.
Marcus cita una encuesta
según la cual el 25% de los encuestados no tenía ni un solo amigo
íntimo.
Es más, el grupo de
edad más solitario era el de los adultos jóvenes, no el de los
mayores, como se suele sospechar.
Así que, incluso antes de
la 'pandemia', las sociedades occidentales sufrían ya de una falta
de comunidad, que es una condición fundamental para que aflore de
entrada el síndrome de "formación de masas".
La segunda condición es que la mayoría de las personas
experimenten la vida como algo sin sentido y sin propósito.
Desmet cita una
investigación que muestra que la mitad de los adultos sienten que
sus trabajos carecen completamente de sentido, y no aportan ningún
valor ni a ellos mismos ni a los demás.
En otra encuesta, realizada en 2012, el 63% de los encuestados
dijeron que durante su jornada laboral eran "sonámbulos", sin poner
ninguna pasión en su trabajo.
Así pues, la
condición nº 2 para la hipnosis de formación de masas también se
cumplía ya, antes incluso de que se produjera la 'pandemia'.
La tercera condición
es la ansiedad flotante generalizada y el descontento predominante.
La ansiedad reinante
se refiere a la ansiedad que no tiene una causa aparente o
clara.
Si estás en la selva y te
encuentras perseguido por un león, tu miedo y ansiedad tienen una
causa natural y fácilmente identificable: el león.
Sin embargo, cuando estás desconectado socialmente, y sientes que tu
vida no tiene sentido, puede surgir una ansiedad flotante que no
está conectada a ninguna representación mental o física de una
amenaza específica.
A juzgar por la
popularidad de los antidepresivos y otros fármacos psiquiátricos, la
condición nº 3 también se cumplía mucho antes de la 'pandemia'.
La cuarta condición es la frustración y la agresividad
imperantes, que tienden a seguir naturalmente a las tres anteriores.
También en este caso, la
frustración y la agresividad no tienen ninguna causa discernible.
Cuando se
cumplen las condiciones, surge la formación de masas
Cuando se cumplen estas cuatro condiciones por parte
de una porción suficientemente grande de la sociedad, ésta se
encuentra 'madura' para la hipnosis de formación de masas...
Todo lo que se necesita
ahora es una historia en la que se identifique y explique el origen
o la causa de la ansiedad y, al mismo tiempo, se ofrezca una
estrategia para abordar y neutralizar esa causa.
Al aceptar y
participar en esa estrategia, las personas con ansiedad flotante
se sienten equipadas, por fin, con los medios para controlar su
ansiedad y evitar el pánico.
Sienten que vuelven a
estar 'al mando'.
Curiosamente, cuando esto sucede las personas también se sienten
repentinamente reconectadas con los demás, porque todos han
identificado la misma némesis.
Así, se unen en una
lucha heroica contra la representación mental de su ansiedad.
Esta nueva solidaridad también da un nuevo sentido y propósito a
sus vidas.
En conjunto, esta conexión, aunque se basa en una premisa falsa,
actúa para reforzar la desconexión psicológica de la realidad.
Explica porqué tantos se
han creído una narrativa claramente ilógica, y porqué están
dispuestos a participar en la estrategia prescrita,
"aunque sea
totalmente absurda", dice Desmet.
"La razón por la que se tragan la narrativa es porque conduce a
este nuevo vínculo social", explica.
"La ciencia, la
lógica y la corrección no tienen nada que ver con ello. A través
del proceso de formación de masas, pasan de la condición muy
dolorosa del aislamiento social al estado opuesto de máxima
conexión que existe en una multitud o una masa.
Eso en sí mismo
conduce a una especie de intoxicación mental, que es la
verdadera razón por la que la gente se adhiere a la narrativa,
por la que la gente está dispuesta a seguir la narrativa,
incluso si, como hemos dicho, es totalmente errónea, e incluso
si pierden todo lo que para ellos es importante, personalmente".
Estas pérdidas pueden
incluir su salud mental y física, sus hogares, sus medios de vida y
su bienestar material.
Nada de eso importa
cuando se está bajo el hechizo hipnótico de la formación de
masas...
Y éste, dice Desmet, es
uno de los aspectos más problemáticos de este fenómeno psicológico.
Las masas se vuelven
autodestructivas por su enfoque miope.
Formación de
masas del siglo XIX
Gustave Le Bon, psicólogo social francés, famoso por su
estudio de las multitudes, dijo una vez:
"Las masas nunca han
estado sedientas de la verdad. Se apartan de la evidencia que no
es de su gusto, prefiriendo deificar el error, si el error les
seduce.
Quien puede
suministrarles ilusiones es fácilmente su amo; quien intenta
destruir sus ilusiones es siempre su víctima".
El libro de Le Bon, "Las
Multitudes - Un Estudio de la Mente Popular /
The Crowd - A Study of the Popular
Mind"
profundiza en las características de las multitudes humanas y en
cómo, cuando se reúnen en grupos, las personas tienden a renunciar a
la deliberación consciente en favor de la acción inconsciente de la
multitud.
Advirtió que si la sociedad no prestaba atención, y evitaba el
aislamiento social y la idea antirreligiosa de que la vida no tiene
propósito, acabaríamos en un estado en el que la formación de masas
se convertiría en la norma.
Estas personas,
psicológicamente dañadas, tomarían el control, que es precisamente
lo que ocurrió.
Un ejemplo clave es el régimen nazi.
Desmet señala que, aunque
solemos pensar que las dictaduras surgen del uso de la fuerza bruta
y del miedo, el régimen nazi - y el liderazgo al que nos enfrentamos
ahora mismo - llegó al poder gracias a este profundo fenómeno psicológico
conocido como formación de masas.
La gente participó VOLUNTARIAMENTE en las atrocidades nazis, no
porque temieran a su líder sino debido al estado psicológico en el
que se encontraba la sociedad, el fenómeno de la formación de masas.
Diferencia
básica entre dictadura y totalitarismo
Por lo tanto, es importante darse cuenta de que las dictaduras
clásicas y el totalitarismo surgen por causas diferentes.
Por regla general,
en una dictadura
clásica, el dictador se vuelve más suave y menos agresivo una
vez que las voces disidentes, su oposición, son silenciadas.
Una vez que se ha
hecho con todo el poder, ya no necesita ser agresivo y puede
recurrir a otros medios para mantener el control.
En un estado totalitario ocurre exactamente lo contrario.
Es crucial que entendamos
esto, porque,
en una sociedad
totalitaria, una vez que la oposición es silenciada, es cuando
el estado comete sus mayores y más crueles atrocidades.
Un ejemplo de ello es,
el plan de
purificación de Stalin en los años 30, que provocó la
muerte de unos 80 millones de personas en una sola década.
A mediados de los
años 30 es también cuando el régimen Nazi comenzó su
limpieza demencial, que dio lugar al Holocausto.
Ambas cosas ocurrieron
después de haber apagado las voces opositoras.
Nos encontramos en otro momento clave de la historia, en el que la
oposición a la locura pandémica está siendo silenciada.
Si queremos que la
humanidad sobreviva y no sucumba al totalitarismo global,
debemos seguir hablando en contra, porque cuando dejemos de
hacerlo, ESE es el momento en que comenzarán las verdaderas
atrocidades.
En otras palabras, aún no
hemos visto nada...
Lo peor está por venir -
si nos callamos.
Aquí hay otro punto importante.
Los totalitarios no
dejan de cometer atrocidades una vez que la oposición es
vencida. Simplemente se expanden para abarcar a nuevos grupos.
Desmet cuenta cómo
Stalin cambiaba de un chivo expiatorio a otro, - ya que se
quedaba sin grupos a los que culpar - y los hacía matar.
Finalmente, acabó
asesinando a la mitad de los miembros de su Partido Comunista,
aunque la mayoría no había hecho nada malo, y le eran leales.
Eso es algo en lo que, en
nuestra situación actual, hemos de reflexionar.
Ahora mismo, los "anti-vacunas"
son la oposición que el régimen totalitario busca destruir.
Una vez que no haya
más "anti-vacunas", porque digamos, teóricamente, todo el mundo
esté ya vacunado, la oposición a eliminar se convertirá en algún
otro grupo.
Así que, si ahora mismo
estás "vacunado" y al día con todos tus refuerzos, y estás alentando
la cruzada contra los que no quieren la vacuna, debes saber que
es sólo cuestión de tiempo que te toque a ti ser la
próxima víctima de 'algo'.
El trágico
final que espera a todas las sociedades de formación de masas
En cierto sentido, el destino de quienes sucumben a la formación de
masas, y abrazan el totalitarismo es especialmente trágico por otra
cosa curiosa que ocurre.
Las personas bajo su
hechizo a menudo acaban aceptando que merecen morir y van
voluntariamente a la muerte. Esto, dice Desmet, es lo que ocurrió
con muchos de los miembros del partido de Stalin, que fueron
condenados a muerte sin razón aparente.
Como señala Marcus, esto es básicamente 'mentecidio',
el asesinato de la mente.
El proceso psicológico
del mentecidio degrada tanto las facultades mentales que el
pensamiento racional ya no resulta posible, haciéndote profundamente
crédulo. En este estado, aceptarás cualquier narrativa sin
pensamiento crítico.
Además, la formación de masas siempre acaba creando más de las
condiciones que en primer lugar permitieron su aparición.
Así que,
al final, las
personas que están bajo la hipnosis de formación de masas
sentirán un mayor aislamiento social que nunca, menos
significado y propósito en la vida, y más ansiedad y agresión
flotante que antes.
La formación de masas
también hace desaparecer la individualidad.
El grupo se convierte en
algo importante y el individuo en algo intrascendente.
De ahí que sea aceptable
y agradable que te digan que tú, tus padres o tus hijos merecen o
necesitan morir para mejorar la sociedad.
"En esencia, todo el
mundo se vuelve igual de estúpido", dice Desmet.
"No importa lo listos
o inteligentes que fueran antes. Pierden toda la capacidad de
pensamiento crítico, pierden todas las características
individuales".
Aplicado a la actualidad,
esto es escandalosamente relevante.
Ayuda a explicar cómo y
porqué los padres están dispuestos a hacer cola para que sus
hijos
reciban
una inyección experimental que puede incapacitarlos o
matarlos.
"El totalitarismo es
un monstruo que SIEMPRE devora a sus propios hijos", dice Desmet.
Formación de
masas en acción
Otro punto importante es que,
-
normalmente,
sólo el 30% de las personas en una sociedad
totalitaria están realmente bajo el hechizo hipnótico de la
formación de masas. Parecen más numerosos, pero en realidad
son una minoría.
-
Sin embargo,
suele haber otro 40% que simplemente sigue el programa,
aunque no esté convencido. No quieren sobresalir por ir en
contra de la corriente imperante.
-
El 30% restante
no está hipnotizado, y quiere despertar a los demás.
Los llamados
Experimentos de Asch demostraron
claramente que,
muy pocas personas -
sólo un 25% - están dispuestas a ir en contra de la multitud,
sin importar lo absurda y obviamente equivocada que sea la
opinión de la multitud.
Dos tercios de las
personas están dispuestas a seguir la "idiocracia"...
Una y otra vez, los
eventos de formación de masas y los experimentos nos demuestran que
hay tres grupos de personas:
-
los que se quedan
embobados y realmente creen que la respuesta errónea es la
correcta;
-
los que saben que
la respuesta es errónea, pero no se atreven a decir la
verdad, así que se muestran de acuerdo con lo que saben que
es falso; y
-
los que saben que
la respuesta es errónea y lo dicen.
Cómo romper la formación de masas
Todo esto apunta a cuál es la respuesta.
Según Desmet,
lo que primero
tienen que hacer los disidentes es unirse para formar un gran
grupo.
De este modo, el
grupo más numeroso, el del 40%, los vacilantes que sólo siguen
el programa porque temen ser condenados al ostracismo, dispondrá
de una plataforma de unión social alternativa.
Es probable que la mayoría de ellos se unan al grupo
antitotalitario disidente en lugar de seguir la mentalidad
totalitaria con la que no están totalmente de acuerdo.
En ese momento, la
formación de las masas fracasa.
El estado totalitario
está finiquitado porque los indecisos neutrales, que permitieron que
la formación de masas arraigara y creciera, ahora ya no participan
en ese proceso. Y sin formación de masas, una toma de posesión
totalitaria no puede tener éxito.
En segundo lugar, debemos seguir pronunciándonos,
EN VOZ ALTA...
Hablar sin tapujos
puede ayudar a minimizar el número de personas que son
hipnotizadas.
También puede
despertar a algunos que ya están bajo el hechizo de la formación
de masas.
Según Desmet, se ha
demostrado que el hecho de denunciarlo limita las atrocidades
cometidas.
"En mi opinión,
callar no es una opción", dice.
"Hablar es lo más
importante que podemos hacer".
No es fácil...
Como comentan Marcus y
Desmet,
el régimen
totalitario tiene la ventaja de poder controlar la narrativa a
través de unos medios de comunicación centralizados...
No es de extrañar que
los
medios de comunicación sean una herramienta clave para el éxito de
la formación de masas.
Un tercer elemento de acción es la creación de
estructuras paralelas.
El poder de esta
estrategia lo demostró Vaclav Havel, un disidente político que
acabó convirtiéndose en presidente de Checoslovaquia.
Una estructura
paralela es cualquier tipo de negocio, organización, tecnología,
movimiento o actividad creativa que tiene cabida dentro de una
sociedad totalitaria mientras está moralmente fuera de ella.
Una vez creadas suficientes estructuras paralelas, nace una
cultura paralela que funciona como un santuario de sensatez
dentro del mundo totalitario.
Havel explica esta
estrategia en su libro "El Poder de los Impotentes -
The Power of the
Powerless".
Como señala Desmet, al
final el totalitarismo siempre se autodestruye.
Los fundamentos
psicológicos son tan autodestructivos que el sistema se desmorona.
Esa es la buena noticia.
La mala noticia es
que un sistema totalitario puede sobrevivir durante largos
periodos de tiempo antes de agotarse, y al final suele haber
pocos supervivientes.
Dicho esto, Desmet cree
que este nuevo totalitarismo global es más inestable que los
sistemas totalitarios regionales dirigidos por dictadores, por lo
que puede autodestruirse más rápidamente.
Por tanto,
la clave es
sobrevivir fuera del sistema totalitario mientras esperamos a
que se autodestruya.
Sin embargo, debemos
seguir disintiendo de palabra y de obra, para limitar las
atrocidades y mitigar los daños.
Por ultimo, y al igual que en la medicina,
prevenir
el totalitarismo es mucho más fácil que intentar liberarse
después.
Para ello, tenemos que
prevenir las cuatro causas fundamentales de la formación de masas en
la sociedad:
Ésta será la tarea de los
que queden, una vez que este experimento de totalitarismo global
fracase y caiga.
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