por Tony Cartalucci 29 Noviembre 2017
del
Sitio Web
JournalNEO del Sitio Web Melvecs que la rama de biología molecular de la 59° Ala Médica de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos ha estado recolectando muestras de tejido sinovial (conectivo) de ARN específicamente ruso, lo que provocó temores en Rusia de un posible programa de armas biológicas étnicas específicas
de Estados
Unidos.
El artículo de TeleSUR, "Temor de 'Bomba Étnica' por confirmación de Recolección de ADN Ruso por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos", informaría:
El informe también declararía que:
El presidente ruso Vladimir Putin sería citado diciendo:
Y mientras el ejército de los EE.UU. intentaba ignorar la noción de que se estaba investigando algún tipo de arma biológica específica de cada etnia, la noción de tal arma no es nada descabellada.
Los documentos de política estadounidenses las han incluido en la planificación geopolítica y militar a largo plazo de Estados Unidos durante casi dos décadas, y la propia Fuerza Aérea de los EE.UU. ha producido documentos sobre las diversas combinaciones con las que tales armas podrían manifestarse.
También está la inquietante historia de las naciones alineadas en Occidente que han perseguido armas biológicas étnicas específicas en el pasado, incluido el régimen del Apartheid en Sudáfrica, que intentó utilizar su programa nacional de vacunación como cobertura para esterilizar de manera encubierta a su población negra.
Documentos de
política de EE.UU. han discutido las armas biológicas étnicas por
décadas
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En ese momento, la tecnología parece no haber estado lo suficientemente madura como para realizar las ambiciones del régimen del Apartheid.
Sin embargo, la tecnología no solo existe en la actualidad, hay ejemplos de que se está utilizando con un efecto espectacular -hasta ahora para bien-, pero podría usarse con la misma facilidad para el mal.
El documento de la Fuerza Aérea de EE.UU. antes mencionado entraría en detalles con respecto a cada arma incluida en la lista, incluida una llamada terapia génica:
La terapia génica podría ser la solución mágica para el tratamiento de enfermedades genéticas humanas.
Este proceso implica reemplazar un gen malo con un gen bueno para normalizar la condición del receptor. La transferencia del gen "saludable" requiere un vector para alcanzar su objetivo.
Los vectores comúnmente utilizados son "virus que han sido genéticamente alterados para transportar ADN humano normal", como "retrovirus, adenovirus, virus adeno-asociados y virus del herpes simple".
La terapia génica ya se ha utilizado durante los ensayos clínicos para curar de forma permanente todo, desde cánceres de sangre hasta trastornos genéticos raros.
The New York Times, en un artículo titulado, "Terapia Génica crea Piel de Reemplazo para salvar a un Niño Moribundo", informaría sobre uno de los últimos avances utilizando la tecnología, indicando:
Los médicos en Europa utilizaron la terapia génica para producir láminas de piel sana que salvaron la vida de un niño con una enfermedad genética que había destruido la mayor parte de su piel, informó el equipo el miércoles en la revista Nature.
Este no fue el primer uso del tratamiento, que agrega la terapia génica a una técnica desarrollada para desarrollar injertos de piel para las víctimas de quemaduras.
Pero era, con mucho, la mayor superficie corporal jamás cubierta en un paciente con un trastorno genético: nueve pies cuadrados.
Uno podría imaginar un arma maliciosa usada en reversa para eliminar los genes que mantienen una piel sana, causando que la piel de la víctima se ampolle y se caiga.
Al utilizar la terapia génica como arma, el informe de la Fuerza Aérea de EE.UU. señalaría:
Se espera que la terapia genética gane popularidad. Continuará mejorando e indudablemente podría ser elegido como un arma biológica.
El rápido crecimiento de la biotecnología podría generar más oportunidades para encontrar nuevas formas de combatir enfermedades o crear otras nuevas.
Las naciones que están equipadas para manejar la biotecnología probablemente consideren la terapia génica como un arma biológica viable.
A los grupos o individuos que carecen de los recursos o la financiación les resultará difícil producir esta arma biológica.
Con respecto a los "virus furtivos", una variación de la técnica de terapia génica militarizada, el informe dice:
El concepto básico de esta arma biológica potencial es "producir una infección vírica críptica estrechamente regulada que puede entrar y propagarse en las células humanas usando vectores" (similar a la terapia génica) y luego permanecer latente durante un período de tiempo hasta que se desencadene por un ataque interno o señal externa.
La señal entonces podría estimular al virus para causar un daño severo al sistema.
Los virus furtivos también se pueden adaptar para infectar en secreto a una población objetivo durante un período prolongado utilizando la amenaza de activación para chantajear al objetivo.
Con las terapias genéticas ya aprobadas para la venta en la Unión Europea y los Estados Unidos, y con más en camino, no está fuera del alcance la posibilidad de que las terapias genéticas secretas y militarizadas también estén ya desarrolladas y esperando, o ya desplegadas como "virus furtivos".
A fines de la década de 1990, se informó que Israel había creado con éxito un arma biogenética diseñada específicamente para atacar árabes y únicamente árabes.
Un recorte de prensa archivado a partir de informes de 1998 dice:
"Según un informe del Jerusalem Post que cita el Informe Extranjero con sede en Londres, Israel ha desarrollado con éxito lo que se llama una "bala étnica", que se centrará únicamente en los árabes.
El informe cita un "informe no confirmado" que se originó en Sudáfrica, que detalla cómo los científicos israelíes han fabricado un arma biológica hecha a medida para atacar objetivos con el sistema genético árabe.
Los estudios a largo plazo de judíos iraquíes se acreditaron con proporcionar el código genético necesario para apuntar a los árabes.
Según el informe, el programa de balas étnicas se desarrolló originalmente para su uso en el Apartheid de Sudáfrica para su uso contra los negros.
Científicos de ambos países trabajaron juntos para el desarrollo del programa israelí.
Los funcionarios israelíes se negaron a confirmar la existencia de la "bala étnica", pero uno le dijo al boletín informativo:
"Tenemos una cesta llena de sorpresas estratégicas que no dudaremos en utilizar si consideramos que el Estado de Israel está en grave peligro".
En 1998, la popular revista de tecnología con sede en los EE.UU.
Wired informó que Israel estaba trabajando en un agente biológico,
"que dañaría a los árabes y dejaría a los judíos sin afectaciones".
"Se ha reportado que Israel desarrolla un arma biológica que dañará a los árabes y no afectará a los judíos, según un informe del Sunday Times de Londres.
El informe, que cita fuentes militares israelíes y de inteligencia occidental, dice que los científicos están tratando de identificar los genes distintivos que llevan los árabes para crear una bacteria o virus genéticamente modificado.
Según los informes, la 'etno-bomba' es la respuesta de Israel a la amenaza de que Iraq esté a solo unas semanas de completar sus propias armas biológicas.
El programa 'etno-bomba' se basa en las instalaciones de investigación de Israel Tesyona. Los científicos están tratando de usar virus y bacterias para alterar el ADN dentro de las células vivas y atacar solo a las células que tienen genes árabes.
La tarea es muy compleja porque tanto los árabes como los judíos son pueblos semíticos. Pero según el informe, los israelíes han logrado aislar las características particulares de ciertos árabes, 'particularmente el pueblo iraquí'.
Dedi Zucker, un miembro del parlamento israelí, denunció la investigación en el Sunday Times.
'Moralmente, en base a nuestra historia, y nuestra tradición y nuestra experiencia, tal arma es monstruosa y debe ser negada'.
El mes pasado, Foreign Report afirmó que Israel estaba siguiendo los ignominiosos pasos de la investigación de la era del apartheid, en sus supuestos esfuerzos por desarrollar una 'bala étnica'."
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Estados Unidos mantiene una red global de laboratorios médicos militares y centros de investigación.
Además de la 59ava Ala Médica involucrada en la recolección de material genético ruso, los EE.UU. cubren toda la región del sudeste asiático desde Bangkok, Tailandia, con su Instituto de Investigación de las Fuerzas Armadas de Ciencias Médicas (AFRIMS).
Si bien públicamente afirma que existe para,
"llevar a cabo investigación médica avanzada y vigilancia de enfermedades para desarrollar y evaluar productos médicos, vacunas y diagnósticos para proteger al personal del Departamento de Defensa contra amenazas de enfermedades infecciosas",
...su personal, equipo e investigación podrían fácilmente ser utilizados para propósitos duales en la creación de cualquiera de las armas biológicas específicas por etnias hasta ahora "teóricas".
El sitio Web de la Embajada de EE.UU. en Tailandia afirma que AFRIMS es la mayor de una red mundial de laboratorios médicos militares y afirma:
"AFRIMS es el mayor de una red mundial de Laboratorios de Investigación Médica en el Exterior del Departamento de Defensa de EE.UU. con laboratorios hermanos en Perú, Kenia, Egipto y las Repúblicas de Georgia y Singapur.
USAMD-AFRIMS tiene casi 460 miembros del personal (predominantemente tailandés y estadounidense) y un presupuesto de investigación anual de aproximadamente $ 30-35 millones."
Con laboratorios en América del Sur, Europa, África y Asia, y mediante el uso de subcontratistas, el ejército de los EE.UU. tiene acceso a una variedad de materiales e instalaciones genéticas para realizar investigaciones y desarrollar todas las armas que sus propios documentos de políticas han descrito.
A través de los programas financiados por el Departamento de Estado de EE.UU., los EE.UU. podrían crear fácilmente campañas de "vacuna" y "clínicas" para ofrecer las armas biológicas descritas anteriormente de varias maneras.
El Proyecto de Diversidad del Genoma Humano (HGDP) tiene como objetivo recolectar muestras biológicas de diferentes grupos de población en todo el mundo, con el objetivo de construir una base de datos representativa de la diversidad genética humana.
Denunciando el proyecto desde su inicio, algunas comunidades indígenas, ONGs y organizaciones de derechos humanos se han opuesto a los objetivos del HGDP en base a cuestiones percibidas de racismo científico, colonialismo, biocolonialismo, consentimiento informado y la perspectiva de una guerra biológica.
Por su parte, el Proyecto del Genoma Humano tiene su sede en el laboratorio de Cold Springs Harbor en Long Island, Nueva York.
El sitio exacto de la notoria Oficina de Investigación Eugenésica la cual fue fundada en 1910 por la familia Harriman. El Proyecto del Genoma Humano es, por lo tanto, una continuación directa del movimiento eugenésico que comenzó en la primera parte del siglo XX.
En 1993,
RAFI (Rural Advancement
Foundation International), ahora
Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y
Concentración) también expresó su preocupación por la reunión de
material genético humano.
Cuando se trata del desarrollo de "etnobombas", es el estudio de los SNP lo que más preocupa a Edward Hammond, director del Sunshine Project y antiguo miembro del personal de RAFI.
El enfoque principal del Proyecto Sunshine es evitar que nuevos avances en biotecnología se apliquen con fines militares.
En 1999, la British Medical Association BMA emitió un informe llamado "Biotecnología, Armas y Humanidad", que advirtió que el conocimiento genético podría ser mal utilizado para desarrollar armas dirigidas a grupos étnicos específicos.
El resumen ejecutivo del informe declaró:
"En las últimas décadas, los rápidos avances en la biología molecular han permitido intercambiar el material hereditario (ADN) de diferentes organismos.
El Proyecto del Genoma Humano y los Proyectos de Diversidad del Genoma Humano están permitiendo la identificación de la codificación genética humana y las diferencias en el material genético normal entre diferentes grupos étnicos.
Durante las conferencias de revisión en la BTWC, los gobiernos nacionales expresaron un creciente nivel de preocupación por el uso potencial del conocimiento genético en el desarrollo de una nueva generación de armas biológicas y toxínicas.
La investigación legítima de agentes microbiológicos, relacionados tanto con el desarrollo de agentes para uso, por ejemplo, en la agricultura, como para mejorar la respuesta médica a agentes que causan enfermedades, puede ser difícil de distinguir de la investigación con el maligno propósito de producir armas más efectivas."
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En diciembre de 2017 se reportó que DARPA estaba invirtiendo $100 millones en tecnologías de extinción genética que podrían eliminar los mosquitos de la malaria, roedores invasores u otras especies.
La tecnología podría utilizarse para eliminar ciertas plagas, pero expertos de la ONU dicen que los temores sobre posibles usos militares y las consecuencias involuntarias refuerzan el argumento a favor de la prohibición.
El documento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos también señalaría:
Los ataques de guerra biológica pueden parecerse a un fenómeno de brote de enfermedad natural y sería muy difícil rastrear la fuente, descontando así las acciones del perpetrador.
Y, de hecho, las naciones sin la capacidad de secuenciar, detectar y reaccionar de forma independiente a las armas biológicas genéticas étnicas específicas ya podrían haber sido atacadas, o podrían ser atacadas en cualquier momento sin ningún medio de saberlo, y mucho menos de reaccionar.
Por otro lado, las naciones con no solo una industria biotecnológica bien desarrollada, sino también con laboratorios militares enfocados en detectar y lanzar una guerra biológica con tales armas - para ellos sería como pelear una guerra contra un enemigo con los ojos vendados.
Para eliminar la venda, los gobiernos y las instituciones militares de todo el mundo, así como las comunidades y las instituciones locales, necesitarían desarrollar y tener acceso a un medio rápido y eficiente para secuenciar el ADN, detectar anormalidades y desarrollar posibles terapias genéticas correctivas para reparar o "parchar" el ADN malicioso militarizado introducido en una población.
La vigilancia de la guerra biológica tendría que hacerse no solo a través de la población de una nación, sino también a través de su suministro de alimentos y agua, así como su ganado, la vida silvestre y las poblaciones de insectos.
Los cultivos genéticamente modificados se han diseñado para atacar y desactivar genes en insectos y podrían utilizarse con la misma facilidad para atacar genes humanos.
En el artículo de Science Daily, "Cultivos que Matan las Plagas al Apagar sus Genes", declara:
"Las plantas se encuentran entre muchos eucariotas que pueden 'apagar' uno o más de sus genes mediante el uso de un proceso llamado interferencia de ARN para bloquear la traducción de proteínas.
Los investigadores ahora están armando esto mediante cultivos de ingeniería para producir fragmentos de ARN específicos que, tras la ingestión por insectos, inician la interferencia de ARN para apagar un gen diana esencial para la vida o la reproducción, matando o esterilizando a los insectos."
Todavía se están realizando estudios para determinar qué daño le causan a la salud humana los organismos modificados genéticamente (OMG) en su estado actual.
Descubrir y reaccionar a los OMG furtivos y militarizados será aún más difícil.
El uso de mosquitos genéticamente modificados para administrar "vacunas" presenta otro posible vector para la biotecnología militarizada.
La naturaleza cada vez más "global" de muchos programas de vacunación es también un peligro inminente, especialmente porque estos programas están dirigidos principalmente por potencias occidentales, muchas de las cuales protegieron, cooperaron e incluso ayudaron e instigaron al régimen de apartheid sudafricano, incluso con sus diversos programas de armas.
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La biotecnología no es solo una cuestión de economía. Es una cuestión de 'seguridad' nacional...
Permitir que las empresas extranjeras que representan a intereses extranjeros comprometidos o nebulosos produzcan vacunas para usos humanos o veterinarios o alterar los genomas de los cultivos agrícolas de un país para obtener los beneficios percibidos no puede superar las amenazas posibles y actualizadas.
En un mundo donde la guerra se extiende al espacio cibernético y genético, las naciones que carecen de sistemas de salud humanos independientes capaces de producir sus propias vacunas o manejar su propia biodiversidad se encuentran tan indefensas como naciones sin ejércitos, marinas o fuerzas aéreas.
Por muy impresionantes que sean las capacidades militares convencionales de una nación, carecen de una planificación y defensa adecuadas con respecto a esta nueva y creciente amenaza biotecnológica que mitiga todas las ventajas posibles y maximiza esta debilidad fatal.
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Si la genética es una forma de información viviente, los conceptos familiares para los expertos en seguridad de TI pueden ser útiles para explicar cómo protegerse contra el "código" malicioso introducido en nuestros sistemas vivos.
La capacidad de "escanear" nuestro ADN y detectar código malicioso, eliminarlo o parchearlo, y desarrollar medidas de protección contra él, incluido el "respaldo" de genomas individuales de forma biológica y digital, no impedirá por completo que las armas biológicas generen daños, pero mitigarán su impacto - transformando un posible exterminio de una etnia o raza entera a un brote contagioso, relativamente menor.
No podemos estar seguros de cuántos estados están tratando de desarrollar armas genéticas.
Pero podemos estar seguros de que las entidades que intentan desarrollarlas son estados (tal vez con la ayuda de grandes contratistas corporativos) y no grupos terroristas.
Esto se debe a que solo los estados pueden administrar la compleja ciencia que requiere la investigación genética.
La Dra. Claire Fraser, presidenta y directora del Instituto de Investigación Genómica (Tigr) dice que aunque los datos genéticos sobre los patógenos humanos son públicos, nadie sabe lo suficiente como para convertir esta información en armas biológicas.
Por supuesto, una vez que los estados crean estas armas, es posible que los grupos terroristas las compren o las roben.
La integración de la biotecnología en la planificación e implementación de la seguridad nacional de una nación ya no es opcional ni especulativa.
Si ya existen las herramientas para manipular y dirigir genes para bien, entonces también existen las herramientas para abusar de ellos.